
Israel Vallarta salió libre tras casi dos décadas preso sin sentencia, en un proceso marcado por tortura, montajes y violaciones al debido proceso
Israel Vallarta Cisneros, detenido en 2005 acusado de pertenecer a la banda de secuestradores “Los Zodiaco”, pasó casi 20 años en prisión preventiva sin haber recibido una sentencia firme. Fue este viernes 1 de agosto de 2025 cuando, finalmente, abandonó el penal tras la absolución dictada por una jueza federal del Estado de México.
Nacido el 16 de julio de 1970 en la Ciudad de México, Vallarta fue empresario y comerciante antes de ser vinculado a uno de los casos judiciales más controversiales de las últimas décadas en el país. Su detención ocurrió el 8 de diciembre de 2005, durante un operativo de la Agencia Federal de Investigación (AFI) bajo el mando de Genaro García Luna, quien años después sería acusado por narcotráfico.
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Desde entonces, Vallarta permaneció encarcelado sin resolución judicial, en un proceso plagado de irregularidades que incluyeron acusaciones de tortura y un montaje mediático conocido a nivel nacional. La Fiscalía General de la República no presentó pruebas contundentes para sostener los cargos en su contra, por lo que la jueza Mariana Vieyra Valdez ordenó su liberación inmediata.
La supuesta organización “Los Zodiaco” fue señalada como responsable de secuestros en el Valle de México, con Israel y su hermano Mario Vallarta como líderes. Se afirmó que mantenían cautivas a varias personas en un rancho llamado Las Chinitas, donde la AFI aseguró haber rescatado víctimas durante el operativo. Sin embargo, la narrativa se vino abajo cuando se reveló que el operativo había sido recreado para la televisión un día después de la detención.
Las imágenes difundidas mostraron a Vallarta esposado y golpeado, mientras era forzado a hablar por Luis Cárdenas Palomino, entonces funcionario de la AFI y hoy preso por tortura. Organismos internacionales como la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos y el Comité contra la Tortura denunciaron la falta de pruebas sólidas sobre la existencia de dicha banda o la vinculación directa de Vallarta.
Durante su estancia en prisión, Vallarta mantuvo una relación sentimental con Florence Cassez, ciudadana francesa también detenida en el operativo y acusada junto con él. Cassez fue liberada en 2013 tras un amparo concedido por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que reconoció graves violaciones al debido proceso y la puesta en escena del operativo para medios, aunque sin resolver su culpabilidad o inocencia. En contraste, Vallarta permaneció privado de libertad sin sentencia durante otros 12 años más.
La defensa de Vallarta presentó pruebas fundamentales, incluidos peritajes médicos que confirmaron tortura y dictámenes del Protocolo de Estambul, además de evidenciar contradicciones en testimonios. A pesar de que la Fiscalía solicitó una condena de hasta 329 años, la jueza determinó que no existían elementos suficientes para sostener el caso.
Este fallo se da en un contexto en el que Genaro García Luna enfrenta cargos en Estados Unidos por narcotráfico y corrupción, y Luis Cárdenas Palomino cumple prisión en México desde 2021, vinculado con la tortura que sufrió Vallarta.