La mayoría eran ciudadanos tunecinos que intentaban escapar de la grave crisis económica
La Marina de Túnez interceptó una embarcación precaria con 53 personas a bordo, que pretendían cruzar el Mediterráneo y desembarcar en la costa de Italia, informó el ministerio de Defensa.
En un comunicado, la entidad explicó que el bote salió de las playas de la localidad meridional de Mahdia y fue hallado navegando a la deriva, a unos 60 kilómetros al noroeste de las islas tunecinas de Kerkena, frente a la ciudad de Sfax.
Pese a los avances logrados en el terreno político y social, Túnez adolece de los mismos problemas que cultivó la dictadura y que condujeron a la revolución que en 2011 acabó con la prolongada tiranía de Zinedin el Abedin Ben Ali: una corrupción sistémica y un alto índice de desempleo juvenil que impide establecer proyectos de futuro.
Según estadísticas de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), un total de 110.699 migrantes lograron cruzar el Mediterráneo de forma irregular en 2019 (6.000 menos que en 2018), mientras 1.283 murieron en el intento.
La OIM advirtió que la migración irregular “sigue siendo un esfuerzo letal” en varias zonas del mundo, entre ellas el Mediterráneo. Por quinto año consecutivo, la cifra de víctimas supera el millar, según la OIM, que calcula que más de 19.000 migrantes y refugiados han perecido en este mar desde 2014, dos tercios de ellos en las rutas que conectan las costas de Libia y Túnez con las de Italia.
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