La desigualdad que han enfrentado por años, aunada a la pobreza y la falta de información en sus dialectos, hacen a los indígenas más vulnerables ante el COVID-19
La pandemia está teniendo un efecto devastador en los pueblos indígenas, más allá de la amenaza para la salud, alerta el nuevo relator especial sobre los derechos de estos pueblos.
José Francisco Cali Tzay asegura que cada día recibe informes “de todos los rincones del mundo”.
Los estados de emergencia están exacerbando la marginalización de las comunidades indígenas y, en las situaciones más extremas, se está militarizando sus territorios.
Los Estados, añade, deben velar por que los pueblos indígenas tengan acceso a la información sobre la COVID-19 en sus idiomas y garantizar el acceso a servicios médicos para superar el desafío de la falta de instalaciones en estas comunidades.
En países como México, los gobiernos han realizado campañas de prevención del COVID-19, traduciéndolas a lenguas indígenas y adecuándolas a sus realidades.
Otros países hacen lo propio para cuidar a este sector, de por sí lastimado, que día a día se enfrenta a sus propias luchas y ahora, en un panorama completamente desigual, enfrenta una pandemia mundial.
COn información de
ONU Noticias
DMS
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