El instrumento Moon Mineralogy Mapper o M3 encontró mayor cantidad de hematita en el lado de la Luna más próximo a la Tierra.
Científicos descubrieron que la Luna está oxidándose, aunque en teoría esta reacción no debería suceder sin la presencia de aire ni agua. Los expertos de la Universidad de Hawái y el Laboratorio de Propulsión a Reacción de la NASA (JPL, por sus siglas en inglés) publicaron los resultados del descubrimiento en la revista Science Advances.
El proceso ocurre a causa de la hematita, una forma mineral del óxido férrico se produce cuando el hierro se expone al oxígeno y al agua. «Es muy desconcertante. La Luna es un entorno terrible para que se forme hematita», explicó Shuai Li, el doctor en geociencias planetarias que dirigió la investigación.
La NASA clarificó el misterio que «comienza con el viento solar» que provoca una ola de hidrógeno que llega a la Tierra y Luna. Éste elemento lo recoge el satélite al no tener un campo magnético que la proteja. Mientras que el oxígeno procede de la Tierra, mismo que viajó 385.000 km.
Nuestra hipótesis es que la hematita lunar se forma a través de la oxidación del hierro de la superficie de la Luna por el oxígeno de la atmósfera terrestre que ha sido continuamente arrastrado a la superficie lunar por el viento solar mientras la Luna estuvo en la cola magnética de la Tierra durante los últimos miles de millones de años.
El descubrimiento se dio durante una misión del orbitador indio Chandrayaan-1, que tenía por tarea trazar el primer mapa mineralógico de la superficie lunar. «Al principio, no me lo creía en absoluto. No debería existir en base a las condiciones presentes en la Luna», agregó la científica de JPL Abigail Fraeman.
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