El subsecretario de Gobierno y coordinadora general de la Autoridad del Centro Histórico acudieron a la vecindad en la calle Pensador Mexicano
Habitantes de la vecindad en la que vivían Alan Yahir y Héctor Efraín, los adolescentes de origen mazahua asesinados en el Centro Histórico, expulsaron a funcionarios de la Ciudad de México.
Este viernes comenzó la estrategia de apoyo juvenil Brigada Barrio Adentro, proyecto en que 210 servidores públicos recorran todas las casas de los barrios y predios donde, según información de las autoridades, se concentran más actos delictivos en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
Según informó la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, en conferencia de prensa este jueves, el programa es una estrategia para reducir el índice delictivo en menores de edad de la zona. Por lo que detalló, se trata de programas sociales, actividades culturales y deportivas, así como apoyos y acciones de prevención.
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Como parte de la iniciativa, este viernes Arturo Medina, subsecretario de Gobierno, y Dunia Ludlow, coordinadora general de la Autoridad del Centro Histórico, acudieron a la vecindad ubicada en la calle Pensador Mexicano.
Ya en el sitio, los vecinos les exigieron que se fueran. Además, en una breve reunión, los habitantes exigieron que la jefa de Gobierno de la Ciudad de México ofrezca una disculpa pública a los familiares de los adolescentes.
“Venimos a ayudarlos”, refirió Arturo Medina; sin embargo, los vecinos salieron rechazando el acceso de los funcionarios.
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“Quien les dijo que entraran”, gritó una mujer, mientras le señalaba con las manos la salida de la vecindad, en donde ya había otra a punto de cerrar la puerta negra, en donde aún permanece un moño de color blanco
Según apuntaron, la demanda sería una respuesta a la criminalización que la mandataria hizo al presumir que el asesinato estaría ligado al narcomenudeo.
“Queremos que la jefa de Gobierno (Claudia Sheinbaum), de verdad, como lo dijo en cadena nacional, se disculpe con los familiares de las víctimas. Yo conozco a los niños del barrio (…) nos criminalizan por ser indígenas, nosotros conocemos la historia, no los de allá afuera”, dijo una vecina del número 11 de la calle Pensador Mexicano, lugar donde vivían Héctor y Alan
También solicitaron que se realice un cateo en el inmueble para que la Fiscalía General de Justicia (FGJ) capitalina compruebe que nadie se dedica al narcomenudeo.
“No se vale que entren como Juan por su casa”, les dijeron a los funcionarios y acusaron a Dunia Ludlow, que como diputada, no quería permitir el comercio indígena que se realiza sobre la calle de República de Cuba
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CAB
