El pasado 21 de febrero, Joana Berenice dejó un recado en casa de su madre avisándole que se había pasado por su pequeño hijo para llevárselo con ella. Pero en realidad lo había matado.
“Mamá me lleve a Joan vamos a estar bien no te preocupes, en la tarde voy a ir para explicarte y para llevarme nuestras cosas, de verdad no te preocupes” (sic), se leía en el escueto mensaje.
Días después, mientras revisaba la habitación que ocupaba en la casa de la colonia Doctores, encontró el cadáver de su nieto de seis años enredado entre cobijas.
El primer dictamen refería a una congestión visceral generalizada, descartando cualquier indicio de maltrato en el menor. Sin embargo, los peritos encargados de los estudios solicitaron 10 días más, para establecer con mayor precisión lo que provocó la muerte del infante.
Pero una vez que se concluyeron las pruebas de laboratorio e investigaciones, se determinó que el niño había muerto por asfixia con una almohada y que después su madre envolvió el cuerpo con un cobertor y lo puso debajo de la cama.
Así, fueron varias las semanas en que Joana Berenice, de 21 años no pudo ser localizada, hasta que hace unos días agentes de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México la detuvieron.
Tras su detención, un juez de control la vinculó a proceso por el homicidio de su hijo, imponiéndole la medida cautelar de prisión preventiva oficiosa, que deberá cumplir en el Centro de Reinserción Social Femenil de Santa Martha Acatitla.
Además, se determinó un lapso de tres meses para la conclusión de la investigación complementaria.
Redacción
