Conocidos como “Los amables”, esta banda llegó procedente de Perú con la única intención de robar.
Su modus operandi se ligaba a mujeres solas o personas de la tercera edad en auto, a quienes les ponchaban una llanta o les decían que parecía estar zafada o que el auto tenía un desperfecto ofreciéndoles ayuda para repararlo.
Los afectados aceptaban la ayuda pero en realidad, la única intención era robarles.
Ante las denuncias comenzaron las investigaciones, donde se supo que incluso se disfrazaban como personal de empresas de automóviles haciéndose pasar como mecánicos para ofrecer el servicio de reparación cobrando cantidades exorbitantes por la ayuda y que en otras ocasiones, las víctimas eran amenazadas para quitarles el dinero llevándolos a distintos cajeros para hacer retiros de dinero.
Además se descubrió que los delincuentes tenían experiencia en países como Paraguay y Colombia. Fue a partir de estos antecedentes y a que ya habían sido detenidos, los agentes de inteligencia de la policía capitalina obtuvo imágenes de los delincuentes.
A través de las investigaciones se descubrió que la banda estaba integrada por dos mexicanos y cinco peruanos que llegaron a la Ciudad de México solo a cometer sus delitos.
Al ser detenidos se encontraban amenazando a una persona que habían engañado, por lo que los elementos de seguridad pudieron evitar este robo.
