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Manifestación durante la coronación de Carlos III

La población de Inglaterra todavía quiere a la familia real británica, pero aún así, hay varios manifestantes contra la realeza

A pesar de que Londres se paralizó con el evento histórico de la coronación del rey Carlos III, aún hay algunos ciudadanos que están contra la realeza. Muestra de ello fueron las manifestaciones que se hicieron presentes durante el paso que el nuevo rey, en compañía de la reina Camila, realizó para llegar a su coronación, y en las que se levantaron varias pantartas color amarillo.

Una de ellas fue la de Anna Edwards quien se levantó con una pancarta que decía “No es mi rey”. Al igual que ella, varios manifestantes republicanos se reunieron en Trafalgar Square a primera hora del sábado y colocaron enormes banderas amarillas en las que podía leerse “abolir la monarquía” por el recorrido que siguió la pareja real.

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“Defiendo la democracia y creo que la gente debería poder elegir si quiere o no a un monarca como jefe de Estado”, afirmó Edwards, una londinense de 33 años. “No soy particularmente antimonárquica, pero estoy a favor de la elección”, dijo mientras llegaban cientos de manifestantes en un ambiente festivo

Pero, una pregunta estaba en boca de todos: ¿intervendría la policía, que había anunciado un nivel muy bajo de “tolerancia” con las protestas, para impedir la movilización? Pronto se propagó la noticia que todo el mundo temía: Graham Smith, el líder del grupo Republic que convocó la manifestación, había sido detenido. La policía detuvo a “seis de nuestros organizadores y confiscó cientos de pancartas” con el lema “No es mi Rey”, confirmó minutos después un portavoz del grupo.

Republic había dicho que montaría la mayor protesta contra un monarca británico en la historia moderna. Los manifestantes vestían camisetas amarillas para destacar y sostenían carteles. Pasaron la mayor parte del servicio abucheando o cantando canciones como “él es un hombre normal”. Dicen que la familia real no tiene lugar en una democracia constitucional moderna y es asombrosamente costosa de mantener.

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Con información de Excelsior

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