El incidente tuvo lugar en Lewistown, Pensilvania, cuando un Toyota Corolla del año 2006 colisionó contra el segundo piso de una casa, dejando a los espectadores perplejos
Lo que parecía un accidente vehicular insólito, resultó ser un acto intencional perpetrado por Evan Miller, de 20 años de edad, que no solo resultó herido, sino que ahora enfrentará cargos por agresión agravada, poner en peligro imprudentemente a otra persona y travesuras criminales.
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El sorprendente incidente ocurrió en Lewistown, Pensilvania, cuando un Toyota Corolla del año 2006 colisionó contra el segundo piso de una casa.
El vehículo, conducido por Evan Miller, un joven de 20 años, quedó empotrado en la estructura de la casa con su parte delantera sobresaliendo a través de una ventana de la alcoba. Según The Washington Post, las autoridades estatales de Pensilvania determinaron que el incidente no fue un simple accidente, sino un acto intencional.
Los cargos contra Miller, que resultó herido en el incidente, están pendientes y podrían incluir agresión agravada, poner en peligro imprudentemente a otra persona y travesuras criminales.
El accidente dejó a los habitantes de la vivienda conmocionados y a los bomberos desconcertados. Aunque no hay detalles precisos sobre cómo el vehículo terminó en el segundo piso, se especula que el automóvil podría haber impactado contra una alcantarilla o túnel cercano, lo que lo impulsó hacia el aire y lo llevó a aterrizar en el techo destrozado de la casa.
Sam Baumgardner, administrador de la compañía de bomberos Junction Fire Company, comparó el incidente con algo sacado de una película. Este tipo de incidentes son excepcionales pero no inéditos.
El caso de Miller plantea interrogantes sobre las circunstancias que llevaron a su acto y las posibles consecuencias legales que enfrentará. Las autoridades continúan investigando el incidente para arrojar luz sobre cómo el automóvil terminó en el segundo piso de la vivienda y cuáles fueron las motivaciones detrás de esta acción inusual y peligrosa.
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