
Aunque expresó su deseo de participar en el cónclave de mayo, el cardenal Angelo Becciu confirmó que respetará la decisión del papa Francisco de excluirlo
El cardenal italiano Angelo Becciu, figura central en uno de los mayores escándalos financieros del Vaticano, anunció que acatará la decisión del papa Francisco de no permitirle participar en el próximo cónclave, a pesar de conservar su título e insistir hasta hace poco en su derecho a votar por el futuro pontífice.
Becciu, de 76 años, comunicó este martes que no insistirá más en su inclusión entre los cardenales electores que se reunirán el 7 de mayo en la Santa Sede. “Teniendo en el corazón el bien de la Iglesia, a la que he servido y seguiré sirviendo con fidelidad y amor, así como para contribuir a la comunión y a la serenidad del cónclave, he decidido obedecer como siempre lo he hecho”, expresó el purpurado en un comunicado difundido por medios italianos.
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La decisión pone fin a semanas de especulación y tensión interna en el Vaticano, luego de que se revelara que Becciu no figuraba entre los cardenales con derecho a voto, pese a su activa participación en las reuniones previas al cónclave. Su exclusión formal fue confirmada mediante dos documentos firmados por el papa Francisco, entregados recientemente por el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin. Según el diario Domani, una de las cartas databa de 2023 y la segunda había sido firmada apenas el mes pasado.
Becciu fue una figura de gran influencia en la curia romana. Entre 2011 y 2018 se desempeñó como sustituto de Asuntos Generales en la Secretaría de Estado, antes de ser nombrado prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos. Su cercanía con el pontífice argentino e incluso su perfil “papable” se desplomaron tras el escándalo relacionado con la fallida compra de un edificio de lujo en Londres, financiada en parte con el Óbolo de San Pedro, un fondo tradicionalmente destinado a obras de caridad del Papa.
La operación inmobiliaria, envuelta en opacidad y pérdidas millonarias, fue la pieza central de un juicio sin precedentes en el Vaticano. En diciembre de 2023, Becciu fue hallado culpable de malversación de fondos y condenado a cinco años y medio de prisión. Su caso marcó un antes y un después en la historia judicial de la Santa Sede, al convertirse en el miembro de más alto rango del clero católico juzgado y sentenciado por el tribunal penal vaticano.
La sentencia fue vista como un respaldo a la cruzada de Francisco por reformar las finanzas vaticanas, una estructura que durante décadas ha estado envuelta en señalamientos por corrupción y manejo discrecional de recursos. En 2020, el Papa le solicitó a Becciu su renuncia tanto al cargo como a sus derechos inherentes como cardenal, aunque nunca le retiró el título.
Hasta ahora, Becciu había defendido su inocencia y sostenía que debía formar parte del proceso de elección del sucesor de Francisco. Sin embargo, con esta declaración pública, da por concluida su disputa con el Vaticano y acepta permanecer al margen de una de las ceremonias más relevantes para el futuro de la Iglesia católica.
Mientras tanto, la lista definitiva de cardenales electores se mantiene sin cambios, con Pietro Parolin y otros miembros del círculo cercano al pontífice tomando un rol destacado en el próximo cónclave, en el que se definirá el rumbo de la Iglesia en una etapa marcada por reformas, desafíos internos y tensiones doctrinales.