
A pesar de temores por un repunte migratorio con Donald Trump, los refugios en Sonora registran una baja histórica y especialistas ven albergues casi vacíos
Contrario a las expectativas que surgieron tras la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, los albergues para migrantes en Sonora viven una calma inusual. La saturación que muchas organizaciones humanitarias temían no se ha materializado, y actualmente estos espacios presentan una ocupación mínima, algo que ha sorprendido tanto a activistas como a autoridades locales.
Hermosillo, capital del estado fronterizo, es uno de los principales puntos de tránsito para quienes intentan cruzar hacia territorio estadounidense, particularmente por las rutas que llevan a Arizona y California. Sin embargo, a poco más de tres meses del inicio de la administración Trump, los registros muestran una caída del 50% en el flujo de personas en tránsito, en comparación con periodos anteriores.
Te puede interesar: EU amplía despliegue militar en Texas para contener migración en la frontera
Gloria Ciria Valdez, investigadora del Colegio de Sonora y coordinadora del Seminario Niñez Migrante, advierte que estas cifras deben analizarse con cautela. “Soy escéptica ante esos porcentajes porque ha caído implica que no necesariamente han podido cruzar (la frontera), pero pueden estar aquí, es decir, que si salieron de sus lugares de origen, hay que ver con cuidado esos números, pero definitivamente la política antimigrante estadunidense y lo que prometió el gobierno mexicano, cuidar y proteger el flujo migratorio, ha funcionado”, explicó.
Valdez, quien lleva más de 17 años trabajando con población migrante, recorre semanalmente los principales albergues y comedores que ofrecen asistencia en Hermosillo. Su diagnóstico confirma la tendencia: la baja es evidente. “Ya se cumplieron 100 días de la llegada del señor Trump, verdad, un poco más de tres meses, hemos visto en nuestra expertís y programas que realizamos en el Seminario Niñez Migrante que ha bajado; semanalmente vamos al albergue de la oficina de atención al migrante y también vamos semanal semanalmente aquí al albergue Tin Otoch para dar el programa de asesorías escolares, gratuitas, tenemos aproximadamente un mes que no hay personas migrantes en el albergue de la oficina de atención al migrante y aquí en el albergue Tin Otoch, se han movido entre cuatro y una personita”, detalló.
El contraste con años anteriores es marcado. Sonora ha sido tradicionalmente uno de los estados con mayor tránsito de migrantes provenientes no solo de Centroamérica y Sudamérica, sino también de países africanos y asiáticos. En 2024, por ejemplo, Nogales fue la ciudad con más deportaciones registradas por la Patrulla Fronteriza, reflejando la alta presión migratoria que históricamente ha caracterizado la región.
Aunque los números actuales sugieren un alivio temporal, activistas advierten que la situación podría ser más compleja de lo que parece. La baja afluencia en los albergues no necesariamente indica que las personas han dejado de migrar; algunos podrían estar varados en otras partes del país o buscando rutas menos vigiladas para evitar la creciente presión de las autoridades en la frontera norte.
A medida que avanzan las semanas, las organizaciones humanitarias mantienen la vigilancia sobre la evolución del fenómeno migratorio. La incertidumbre persiste, especialmente ante posibles cambios en las políticas migratorias de Estados Unidos y México que podrían alterar nuevamente el flujo de personas en tránsito.
Mientras tanto, los espacios de acogida en Sonora, que hace no mucho tiempo enfrentaban el desafío de la sobrepoblación, ahora lidian con la paradoja de la desocupación, en un contexto regional que sigue siendo tan cambiante como incierto.