
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, desestimó la tregua rusa de tres días al considerarla insuficiente y acusó a Moscú de buscar solo espectáculo
El mandatario ucraniano Volodímir Zelenski dejó en claro que no aceptará treguas fugaces que, según él, solo sirven para alimentar la propaganda rusa. Así respondió a la propuesta de Vladimir Putin de establecer un alto al fuego entre el 8 y el 10 de mayo, fechas en las que Rusia celebra el Día de la Victoria, aniversario de la derrota de la Alemania nazi.
En declaraciones a medios internacionales, Zelenski calificó la oferta de Moscú como una maniobra sin sustancia y reiteró su negativa a entablar cualquier negociación que carezca de seriedad y resultados tangibles. “Es imposible entenderse acerca de algo en tres, cinco o siete días (…) Es imposible encontrar un plan con el que establecer las siguientes etapas para terminar la guerra. No me parece serio”, señaló tajantemente.
La propuesta rusa, presentada como un gesto de buena voluntad, busca coincidir con las conmemoraciones del 9 de mayo, una fecha central para la narrativa oficial rusa sobre la Segunda Guerra Mundial. Según Moscú, la tregua temporal tiene como objetivo evaluar la disposición de Kiev para avanzar hacia un acuerdo de paz más amplio.
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Sin embargo, para Zelenski, esa intención está lejos de ser genuina. El líder ucraniano acusó al Kremlin de usar la tregua para mejorar la imagen de Putin en un evento clave para su política interna. “Nadie ayudará a Putin con este juego para darle una atmósfera agradable” a su conmemoración “y poner en confianza y seguridad a sus dirigentes, amigos y socios que irán a la Plaza Roja”, afirmó.
El desfile del Día de la Victoria es un acto emblemático en Rusia, y este año se espera la asistencia de cerca de 20 líderes internacionales, quienes acompañarán a Putin en la Plaza Roja de Moscú para conmemorar los 80 años del triunfo soviético sobre la Alemania nazi. La presencia de estos dirigentes forma parte de un esfuerzo del Kremlin para proyectar fortaleza y unidad en medio del conflicto abierto con Ucrania.
Zelenski, por su parte, advirtió que Ucrania no asumirá responsabilidad por incidentes que puedan ocurrir en territorio ruso durante las celebraciones. “No sabemos lo que hará Rusia (…) Podría tomar distintas medidas, como incendios o explosiones, para luego acusarnos”, dijo, aludiendo a la posibilidad de provocaciones diseñadas para justificar nuevas ofensivas.
En un giro paralelo, Zelenski mencionó que su reciente encuentro con el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, durante el funeral del papa Francisco en el Vaticano, parece haber cambiado parcialmente la percepción del exmandatario estadounidense sobre la guerra en Ucrania. “Empezó a ver las cosas un poco diferente”, apuntó Zelenski, sugiriendo que el diálogo cara a cara tuvo algún impacto en la postura de Trump, quien hasta ahora había mostrado reticencia respecto al conflicto.
El rechazo de Kiev a la tregua propuesta se enmarca en un escenario donde las hostilidades continúan intensamente en varios frentes. Mientras Ucrania busca reforzar sus alianzas internacionales y mantener la presión militar en el campo de batalla, Rusia intenta equilibrar su estrategia entre la acción militar y los gestos diplomáticos, que para Zelenski no son más que meros “actos teatrales” destinados a la audiencia interna y externa.
La falta de confianza mutua y la reiterada desconfianza hacia cualquier oferta rusa hacen poco probable que se logren avances sustanciales en el corto plazo. A medida que la guerra entra en una nueva fase, ambas partes parecen aferrarse a sus posiciones, lo que dificulta la posibilidad de encontrar un terreno común para iniciar negociaciones de fondo.