
El círculo azul de Meta AI en WhatsApp genera dudas por su posible impacto en la privacidad, el rendimiento de los dispositivos y la desinformación
Desde hace unas semanas, usuarios de WhatsApp han detectado un nuevo símbolo dentro de la aplicación: un círculo azul que identifica a Meta AI, el asistente virtual de inteligencia artificial desarrollado por la empresa propietaria de la plataforma. Esta novedad, que también se ha incorporado en otras redes sociales del conglomerado tecnológico como Facebook e Instagram, ha comenzado a levantar inquietudes tanto por su funcionamiento como por sus implicaciones en la experiencia del usuario.
El círculo azul no es otra cosa que un acceso directo a Meta AI, una herramienta basada en modelos avanzados de lenguaje diseñada para interactuar con los usuarios a través de texto. El asistente puede responder preguntas generales, traducir frases, ofrecer información en tiempo real e incluso participar en conversaciones grupales cuando es invocado mediante la etiqueta “@MetaAI”. Su presencia busca hacer más accesible la inteligencia artificial en el entorno cotidiano de la mensajería instantánea.
No obstante, el entusiasmo por esta herramienta no ha sido unánime. A pesar de que algunos la consideran útil por la rapidez de sus respuestas, diversas voces han expresado preocupación en torno a cuatro aspectos clave: privacidad, precisión, consumo de recursos y efectos culturales.
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Una de las principales objeciones tiene que ver con el manejo de datos personales. Si bien WhatsApp mantiene el cifrado de extremo a extremo, el uso del asistente conlleva la recopilación de ciertos patrones conversacionales que podrían ser utilizados para mejorar su funcionamiento. Esto abre la posibilidad de una mayor personalización en la publicidad digital, lo cual plantea dudas sobre la transparencia y el control que los usuarios tienen sobre su información. Tal como señalan críticos del sistema, “la interacción con Meta AI podría implicar una cesión involuntaria de datos valiosos para fines comerciales”.
Otro punto de preocupación es la fiabilidad de las respuestas generadas. Como toda herramienta basada en inteligencia artificial, Meta AI no está libre de errores. Puede proporcionar información imprecisa, desactualizada o incluso errónea, especialmente en temas delicados como salud, finanzas o derecho. En estos contextos, una respuesta incorrecta podría tener consecuencias graves, lo que invita a los usuarios a no tomar como definitivas las afirmaciones del asistente.
A nivel técnico, varios usuarios con teléfonos de gama media o baja han reportado una disminución en el rendimiento de sus dispositivos tras la activación del asistente. El aumento en el consumo de batería y la ralentización del sistema son quejas comunes, asociadas al funcionamiento constante de Meta AI en segundo plano.
Finalmente, hay quienes advierten sobre los posibles efectos a largo plazo en la manera de pensar de los usuarios. La dependencia de un asistente que responde de inmediato a cualquier consulta podría fomentar la pasividad intelectual, debilitando habilidades como el análisis crítico, la investigación independiente y la capacidad de cuestionamiento.
Frente a estas inquietudes, muchos se preguntan si es posible desactivar la función. Aunque no existe aún una opción para eliminar completamente la presencia de Meta AI en WhatsApp, sí hay formas de ocultarla parcialmente. En dispositivos Android, basta con mantener presionada la conversación con el asistente y seleccionar “Eliminar” o “Archivar”. En el caso de iPhone, se puede deslizar el chat hacia la izquierda y elegir una de estas mismas opciones. Sin embargo, el ícono azul podría seguir apareciendo en la barra de búsqueda o en accesos rápidos.
Como medida adicional, se sugiere evitar iniciar nuevas conversaciones con el asistente, no etiquetarlo en chats grupales y abstenerse de pulsar su ícono. Estas acciones reducen significativamente su visibilidad y el riesgo de interacción accidental.
Mientras Meta continúa expandiendo su ecosistema de inteligencia artificial, los usuarios deberán evaluar por sí mismos si los beneficios del nuevo asistente justifican los posibles riesgos que conlleva.