
Durante su discurso al recibir la Palma de Oro honoraria en Cannes, Robert De Niro aprovechó para lanzar duras críticas contra el presidente de su país
El Festival de Cannes abrió su edición número 78 con una fuerte carga política, encabezada por la intervención de Robert De Niro, quien al recibir la Palma de Oro honoraria no dudó en lanzar una crítica directa al presidente de Estados Unidos. Aunque evitó decir su nombre, sus palabras dejaron claro a quién se refería.
Con visible emoción, De Niro agradeció la distinción entregada por su colega y amigo Leonardo DiCaprio, pero utilizó el escenario para denunciar lo que considera un ataque a la cultura y la libertad artística desde la Casa Blanca. “Ahora en mi país luchamos con uñas y dientes por la democracia que antes dábamos por sentada. No se puede poner precio a la creatividad, pero aparentemente sí se le puede imponer un arancel”, afirmó con firmeza el dos veces ganador del Óscar.
El actor añadió que “estos ataques son inaceptables. No podemos quedarnos de brazos cruzados. Tenemos que actuar, y tenemos que hacerlo ya”, aludiendo a políticas gubernamentales que, en su opinión, buscan acallar al arte.
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En su discurso, De Niro también hizo eco del espíritu del festival, citando los ideales de la Revolución Francesa: “Esta noche, y durante los próximos 11 días, demostramos nuestra fuerza y compromiso celebrando el arte en este glorioso festival: Libertad, Igualdad, Fraternidad”.
La ceremonia fue también el marco para que Leonardo DiCaprio rindiera homenaje a De Niro, describiéndolo como una figura esencial en su carrera y destacando que “el legado de De Niro no son sólo los papeles que ha interpretado, sino también cómo los ha transformado”.
Quentin Tarantino fue el encargado de inaugurar formalmente el festival, en un acto teatral y con su característico estilo provocador, al gritar con tono marcial la apertura oficial y abandonar el escenario con paso militar.
La primera conferencia de prensa del certamen no se quedó atrás en cuanto a contenido político. Los miembros del jurado fueron cuestionados por temas como la guerra en Gaza, el papel del cine extranjero frente a las nuevas medidas arancelarias en EE.UU., y la reciente condena suspendida al actor Gérard Depardieu por agresión sexual.
Juliette Binoche, integrante del jurado, abordó este último tema con cautela al declarar: “Gérard no es un monstruo. Es un hombre que perdió su aura debido a hechos ocurridos y analizados por un tribunal (…) ya no es sagrado”.
También participaron en la sesión inaugural del jurado las actrices Halle Berry y Alba Rohrwacher, el actor Jeremy Strong y los directores Hong Sang-soo, Dieudo Hamadi, Payal Kapadia y el mexicano Carlos Reygadas. Este último expresó su orgullo por el cine latinoamericano: “No pienso de manera regional o nacional, siempre es lo humano, pero claro que estoy feliz de que haya cineastas de nuestra área que proponen siempre cosas interesantes”.
Berry dijo sentirse honrada de formar parte del jurado, mientras que Strong señaló que “ser parte de la gran procesión de la historia del cine es un privilegio y un honor”.
El Festival de Cannes continuará durante 12 días, en los que 22 películas compiten por formar parte del palmarés oficial, el cual se dará a conocer en la gala de clausura del 23 de mayo. La edición arrancó con fuerza, mezclando arte, homenaje y contundentes posturas frente a los dilemas contemporáneos.