
Ícono del Cine de Oro mexicano, Jorge Negrete vivió intensos amores que trascendieron la pantalla y dejaron huella en su vida personal y profesional
Figura central de la Época de Oro del cine nacional, Jorge Negrete fue más que un símbolo del charro galante y la masculinidad idealizada. Su poderosa voz, su porte elegante y su personalidad firme lo convirtieron en uno de los actores más recordados de su generación. Sin embargo, su vida fuera de cámaras también estuvo marcada por intensas relaciones sentimentales que captaron la atención del público tanto como sus películas.
Lejos del escándalo fácil, Negrete era conocido por mantener cierta discreción sobre su vida privada. De carácter fuerte y reservado, era considerado más selectivo que sus contemporáneos, lo cual alimentó aún más el interés sobre sus romances. Aunque fueron varias las mujeres que compartieron momentos con él, solo una fue considerada su gran amor.
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Entre los primeros episodios románticos está el que vivió en 1937 con María Fernanda Ibáñez, hija de la actriz Sara García. Aunque se trató de un amor profundo, la relación nunca fue aceptada por la madre de la joven. El noviazgo no prosperó y, trágicamente, María Fernanda murió a los 20 años víctima de fiebre tifoidea.
Un año más tarde, durante la filmación de Perjura, el actor conoció a Marina Tamayo. El vínculo fue inmediato, pero breve. Negrete terminó la relación tras descubrir que Tamayo mantenía un vínculo paralelo con el actor Emilio Tuero, con quien finalmente se casó.
En 1938, Jorge conoció a Elisa Christy mientras trabajaban juntos en La Valentina. Su vínculo fue tan intenso que terminaron casándose en 1940. Poco después nació Diana, la única hija del actor. Sin embargo, la relación se disolvió en 1942, presuntamente por la aparición de un nuevo amor en la vida del cantante.
Ese amor fue Gloria Marín, quien protagonizó con él ¡Ay, Jalisco, no te rajes! en 1941. Desde entonces formaron una de las parejas más icónicas del cine mexicano. Aunque nunca se casaron, compartieron más de una década de vida en común, adoptaron una niña y filmaron juntos once películas. Su separación en 1952, anunciada como si se tratara de un divorcio, marcó el final de una era en la vida de ambos.
Paradójicamente, fue ese mismo año cuando la vida amorosa de Negrete dio un giro inesperado. En 1952, volvió a encontrarse con María Félix, con quien una década antes había tenido una relación conflictiva tras filmar El peñón de las ánimas. El reencuentro fue sorprendente: semanas después estaban casados. La boda generó gran revuelo mediático y fue seguida por miles de fanáticos.
No obstante, la felicidad duró poco. El 5 de diciembre de 1953, Jorge Negrete murió a los 42 años debido a complicaciones hepáticas. Aunque se mencionó la cirrosis como causa médica, el fotógrafo Raúl Corrales, cercano al cantante, ofreció otra versión: “Lo mató su desmedido amor por Gloria Marín”, aseguró en entrevista.
Así, el legado del Charro Cantor no solo se construyó en los escenarios y pantallas, sino también en los amores que vivió intensamente y que, hasta hoy, siguen siendo parte de la historia del espectáculo mexicano.