
A pesar de la aparente normalización del suministro, residentes de la alcaldía Benito Juárez continúan expresando inquietudes sobre los posibles efectos a largo plazo tras la detección de hidrocarburos en el agua potable.
En abril de 2024, vecinos de la alcaldía Benito Juárez en la Ciudad de México reportaron anomalías en el agua potable, incluyendo un olor similar al diésel . Aunque las autoridades capitalinas aseguraron que el agua no representaba un riesgo grave para la salud, la falta de información clara y oportuna generó desconfianza entre los residentes.
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) realizó análisis de muestras de agua, confirmando la presencia de hidrocarburos . Este hallazgo incrementó la preocupación de los habitantes, quienes temen posibles afectaciones a largo plazo en su salud debido a la exposición a estas sustancias.
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A pesar de que el gobierno de la Ciudad de México afirmó que el agua ya no presentaba riesgos y que el olor había desaparecido en varios domicilios , los residentes exigen mayor transparencia y acciones concretas para garantizar la seguridad del suministro. La clausura del pozo Alfonso XIII, identificado como fuente de la contaminación, fue una de las medidas tomadas.
La situación ha generado un llamado a las autoridades para desclasificar la información relacionada con la contaminación del agua . Los vecinos de Benito Juárez continúan vigilantes y demandan respuestas claras sobre las causas de la contaminación y las medidas implementadas para prevenir futuros incidentes.