
Organizadores en Nueva York y otras ciudades aseguran que los aficionados internacionales serán bienvenidos; grupos piden garantías sobre derechos humanos.
Con el Mundial 2026 a la vuelta de la esquina, Estados Unidos se prepara para recibir a millones de visitantes en el torneo más grande en la historia del fútbol. Sin embargo, las tensiones políticas internas y las medidas migratorias impuestas por el gobierno de Donald Trump han generado inquietud sobre el ambiente que vivirán los aficionados internacionales.
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Alex Lasry, director del Comité Organizador de la sede Nueva York-Nueva Jersey, expresó que el torneo es una oportunidad para mostrar apertura al mundo. “El fútbol es el deporte global, y esta es nuestra ocasión de recibir a gente de todos los rincones del planeta”, dijo, en el marco de un festival en Jersey City con la Estatua de la Libertad como telón de fondo.
Aunque ciudades anfitrionas como Los Ángeles, Miami y Filadelfia están inmersas en los preparativos logísticos y de seguridad, la reciente movilización de la Guardia Nacional para contener protestas ha encendido alarmas. Activistas y líderes políticos temen que las actuales políticas de inmigración, así como posibles restricciones a extranjeros, empañen el evento deportivo.
Desde Human Rights Watch, Minky Worden llamó a la FIFA a asumir un papel más activo para proteger los derechos de todos los participantes. “Es crucial que se establezcan garantías claras para los migrantes, aficionados y personal involucrado, sin importar su nacionalidad u opiniones”, afirmó.
El propio presidente de la FIFA, Gianni Infantino, se mostró optimista tras reunirse con el mandatario estadounidense. Aseguró que tanto el Mundial 2026 como el Mundial de Clubes de este año contarán con condiciones para que el mundo se sienta bienvenido.
Sin embargo, el reciente endurecimiento de las restricciones migratorias, incluyendo una nueva prohibición de viaje que afecta a 12 países —entre ellos Irán, ya clasificado al torneo— ha desatado críticas desde naciones como Teherán, que calificó la medida como “hostil” y discriminatoria.
En medio de este contexto, los comités locales trabajan para garantizar que los eventos deportivos se desarrollen sin contratiempos. Alina Hudak, presidenta del comité organizador en Miami, aseguró que ya están en coordinación con autoridades consulares y cuerpos de seguridad para atender cualquier preocupación. “Nos estamos preparando con total responsabilidad para que todo funcione con orden y seguridad”, sostuvo.
Mientras tanto, Meg Kane, ejecutiva del comité en Filadelfia, reconoció que la planeación se lleva a cabo en un entorno cambiante. “Estamos conscientes de que habrá factores geopolíticos fuera de nuestro control que podrían incidir en el torneo”, admitió.
A un año del silbatazo inicial, el reto para los organizadores será no solo logístico, sino también diplomático: ofrecer garantías suficientes para que el Mundial 2026 cumpla con su promesa de ser una celebración global del deporte, sin exclusiones.
Con información de Excelsior