
Israel continúa su ofensiva aérea en Irán, con bombardeos en Teherán y otras ciudades, mientras la comunidad internacional llama a evitar una guerra total
En el séptimo día consecutivo de ataques, Israel ha reanudado sus bombardeos sobre distintas regiones de Irán, incluyendo la capital, Teherán. El ejército israelí confirmó las acciones mediante un comunicado publicado en su canal oficial de Telegram, donde informó que sus fuerzas aéreas llevan a cabo múltiples operaciones militares en zonas estratégicas del país islámico.
La llamada “Operación Rising Lion” comenzó en la madrugada del 13 de junio de 2025. De acuerdo con fuentes militares, más de 200 aeronaves participaron en la ofensiva inicial, dirigiendo ataques de alta precisión contra aproximadamente 100 objetivos. Las zonas impactadas incluían instalaciones nucleares como Natanz y Parchin, así como fábricas de misiles y centros de mando del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica.
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Según cifras difundidas por autoridades iraníes, entre 224 y 585 personas perdieron la vida, y más de mil resultaron heridas. Entre las víctimas se encuentran científicos vinculados al programa nuclear y miembros de alto rango del ejército.
Previo a los ataques principales, Israel habría ejecutado maniobras encubiertas, estableciendo una base secreta de drones dentro del territorio iraní. Esta operación, atribuida al Mossad, tenía como fin desactivar sistemas defensivos y misiles enemigos para facilitar la ofensiva aérea.
En los días posteriores, del 13 al 15 de junio, se llevaron a cabo nuevos bombardeos sobre depósitos subterráneos, plataformas de lanzamiento y sistemas de misiles tierra-tierra ubicados en ciudades como Kermanshah, Tabriz, Esfahán y Teherán. De acuerdo con las Fuerzas de Defensa de Israel, estas acciones redujeron significativamente la capacidad de respuesta militar de Irán, disminuyéndola en más de un 80 %.
Las consecuencias para la población han sido devastadoras. Miles de ciudadanos huyeron de Teherán ante el temor de nuevos ataques, mientras que los que permanecieron enfrentaron cortes masivos de electricidad, fallas en telecomunicaciones y escasez de servicios básicos. En respuesta, el gobierno iraní declaró emergencia nacional, suspendió todos los vuelos y restringió el acceso a medios y redes sociales para contener la crisis.
La reacción internacional ha sido ambivalente. Estados Unidos reiteró su respaldo al derecho de Israel a defenderse, pero pidió evitar daños a infraestructura civil y nuclear. Al mismo tiempo, organismos multilaterales como la ONU y varios gobiernos expresaron preocupación por una posible escalada regional, exigiendo moderación y el retorno a la vía diplomática.