
Sigue pendiente la publicación del Plan Maestro de Manejo Hidráulico, previsto para 2022.
El drenaje profundo de la CDMX opera a marchas forzadas y al borde del colapso. Diseñado hace casi 50 años como solución a las históricas inundaciones en la capital, el sistema de drenaje profundo de la Ciudad de México se encuentra hoy en una situación crítica. Con más de 272 kilómetros de túneles de gran diámetro, su vida útil —prevista entre 30 y 50 años— ha llegado al límite, advirtieron especialistas.
La infraestructura, inaugurada en 1975, presenta un grave deterioro causado por la falta de mantenimiento y el desgaste natural del tiempo. Según expertos, varias secciones de la red están colapsadas por los hundimientos del suelo, lo que impide que las aguas residuales fluyan por gravedad, como fue concebido originalmente. A esto se suma el riesgo sanitario por fugas y posibles contaminaciones entre aguas residuales y agua potable, debido a la obsolescencia de la red.
Además, el crecimiento desordenado de la mancha urbana ha agravado la presión sobre el sistema, cuya capacidad quedó superada desde la década de los 80. Faustino de Luna Cruz, doctor en Ingeniería Hidráulica por la UNAM, señaló que el diseño original ya no responde a las necesidades actuales de densidad poblacional y exige una intervención urgente con base en un nuevo plan de acción.
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Aunque el 22 de marzo el gobierno de la CDMX presentó el Programa de Gestión Integral de los Recursos Hídricos 2025-2030, este no contempla medidas específicas para el mantenimiento del drenaje profundo. También sigue pendiente la publicación del Plan Maestro de Manejo Hidráulico, previsto para 2022, el cual debía incluir estrategias para su rehabilitación integral.
La falta de acciones concretas amenaza no sólo la infraestructura hidráulica, sino también la salud pública y la resiliencia de la ciudad frente a fenómenos como lluvias intensas e inundaciones.