
Autoridades de Gaza denunciaron que Israel introdujo oxycodona en sacos de harina enviados como ayuda, acusándolo de utilizar drogas como arma de guerra
En un nuevo capítulo de tensiones en Medio Oriente, autoridades de Gaza señalaron que Israel habría utilizado la ayuda alimentaria como herramienta de agresión encubierta al introducir pastillas de oxycodona dentro de costales de harina destinados a la población palestina. Este hallazgo se realizó en centros de distribución respaldados por el mecanismo “Gaza Humanitarian Foundation”, financiado por Israel y Estados Unidos, pero sin la supervisión de la ONU.
De acuerdo con el Gobierno de Gaza, al menos cuatro personas reportaron el hallazgo de pastillas en los costales, mientras que algunas versiones apuntan a que el opioide pudo haber sido triturado o disuelto, mezclándose con el alimento básico. Las autoridades de Gaza calificaron el hallazgo como un ataque directo a la salud pública, agravado por la crisis humanitaria que la población ya enfrenta por el bloqueo israelí que limita alimentos y medicamentos.
Los análisis confirmaron que las pastillas correspondían a oxycodona, un potente analgésico que puede generar adicción, alucinaciones, depresión respiratoria e incluso la muerte cuando se consume sin control médico. Expertos locales, como el farmacéutico Omar Hamad, señalaron que esta estrategia representa “la forma más despreciable de genocidio”, dada la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran los gazatíes.
“Esta forma de agresión se convierte en un riesgo mayor cuando se disuelve o se muele, pues expone a niños, ancianos y adultos a consumir la sustancia de manera involuntaria, transformando la ayuda en un potencial veneno”, denunció el Gobierno local.
La administración de Gaza responsabilizó a Israel de utilizar los narcóticos como “arma blanda” para debilitar a la sociedad palestina, catalogando el acto como una “arma química camuflada”. Ante ello, solicitaron una investigación exhaustiva que involucre a la Corte Penal Internacional, comités de derechos humanos y a la ONU, además de exigir la suspensión inmediata del mecanismo alternativo de distribución de ayuda.
El hallazgo ocurre en un contexto de profundas restricciones en Gaza, donde el acceso a alimentos y medicinas se ha visto afectado desde marzo de 2025 por bloqueos israelíes, en medio de enfrentamientos armados y crisis humanitaria. La ONU ha documentado incidentes en los que cientos de personas han muerto o resultado heridas en su intento por acceder a estos puntos de distribución alternativos.
En noviembre de 2024, se registró el saqueo de convoyes de la ONU en Kerem Shalom, presuntamente con la complacencia del ejército israelí, mientras se denunciaba la participación de grupos armados palestinos que operan en coordinación con Israel para saquear alimentos y medicinas.
El uso de medicamentos altamente adictivos en alimentos distribuidos como ayuda podría constituir una violación al derecho internacional humanitario y ser tipificado como crimen de guerra si se demuestra la intencionalidad. El caso eleva las tensiones diplomáticas y aumenta la presión internacional sobre Israel y Estados Unidos, mientras Gaza insiste en que la entrega de ayuda solo puede continuar bajo supervisión directa de la ONU, con protocolos de transparencia y control sanitario.