
Juan Ramón de la Fuente y Marco Rubio sostuvieron una llamada para ratificar esfuerzos conjuntos en desarticular redes delictivas que afectan a ambos países
Los gobiernos de México y Estados Unidos fortalecieron su coordinación en materia de seguridad durante una llamada sostenida entre Juan Ramón de la Fuente, titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores, y Marco Rubio, secretario del Departamento de Estado. El diálogo tuvo como propósito reafirmar el trabajo conjunto frente a organizaciones delictivas que amenazan la estabilidad en la región.
De acuerdo con la portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, “los secretarios reafirmaron su compromiso mutuo de trabajar de manera conjunta para desmantelar las organizaciones delictivas y terroristas transnacionales que envenenan nuestras comunidades, amenazan la soberanía de México y matan a nuestros ciudadanos”. Destacó que ambos funcionarios subrayaron la cooperación en seguridad como un pilar para fortalecer la estabilidad regional.
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Asimismo, se reiteró el compromiso de ambos gobiernos de fortalecer la seguridad económica, así como de impulsar la prosperidad compartida en beneficio de las poblaciones de ambos países. “Ambos líderes expresaron su compromiso de promover la seguridad económica y la prosperidad de América del Norte en beneficio de los pueblos de ambas naciones”, señaló Bruce.
Por otro lado, la Secretaría de Relaciones Exteriores comunicó que próximamente una delegación mexicana viajará a Washington para sostener encuentros con sus contrapartes estadounidenses en temas de seguridad, migración y comercio, como parte de la agenda bilateral que ambos países mantienen activa.
“México y Estados Unidos desarrollan su relación bilateral con base en la coordinación y la cooperación, bajo el principio inquebrantable del respeto irrestricto a la soberanía”, afirmó la cancillería, al remarcar que este tipo de diálogos permiten avanzar en la agenda de seguridad con un enfoque de responsabilidad compartida.
La reunión se enmarca en los esfuerzos bilaterales para contener redes de tráfico de drogas, personas y armas, con el objetivo de reducir la violencia y proteger a las comunidades en ambos lados de la frontera. Ambos gobiernos mantienen su intención de reforzar operativos conjuntos, inteligencia compartida y acciones para debilitar las estructuras financieras de grupos delictivos que operan de manera transnacional.