
El sacerdote Héctor Alejandro Pérez continúa grave tras ataque armado; autoridades no han confirmado si se le brindarán medidas de protección.
A una semana del violento ataque que sufrió el sacerdote Héctor Alejandro Pérez en Villahermosa, Tabasco, su estado de salud continúa siendo crítico. De acuerdo con la Diócesis local, el joven ministro permanece en terapia intensiva con pronóstico reservado en el Hospital Rovirosa.
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El incidente ocurrió cuando el sacerdote se disponía a visitar a una persona enferma. Desde entonces, ha sido sometido a diversos procedimientos médicos y, aunque su evolución ha sido positiva en las últimas horas, su condición sigue siendo delicada.
“El padre Héctor ha comenzado a tolerar alimentación líquida y, de continuar así, podría pasar a alimentos sólidos blandos”, informó el presbítero Deni Ochoa Millán, vocero de la Diócesis de Tabasco. Este sábado 5 de julio, el religioso cumplió 30 años, en medio de un escenario incierto para su recuperación.
Por otro lado, persiste el silencio oficial respecto a las medidas de protección solicitadas por el Diálogo Nacional por la Paz. La organización considera que el ataque representa no sólo una agresión física, sino también una amenaza al libre ejercicio de la fe y del servicio comunitario.
Pese a que se han enviado solicitudes de información a la Secretaría de Gobernación —incluido el subsecretario de Derechos Humanos, Arturo Medina Padilla, y el área de Asuntos Religiosos—, no se ha recibido respuesta sobre si el sacerdote cuenta ya con protección federal.
Tampoco se ha informado públicamente sobre las líneas de investigación del caso por parte de la fiscalía local, ni sobre posibles responsables del ataque armado que mantiene al sacerdote debatiéndose entre la vida y la muerte.
Con información de Excelsior