
Un envío procedente de Vietnam, que decía contener dulces, fue inspeccionado en el aeropuerto de Colonia/Bonn luego de que un olor extraño llamó la atención de la aduana.
Las autoridades alemanas del aeropuerto de Colonia/Bonn descubrieron un contrabando inusual al abrir un paquete de seis kilos que supuestamente contenía galletas: en su interior había aproximadamente 1 500 pequeñas tarántulas vivas, cada una resguardada en diminutos frascos plásticos. El hallazgo ocurrió hace alrededor de tres semanas, y se confirmó públicamente el lunes 14 de julio.
El descubrimiento fue posible tras percatarse del aroma inadecuado al abrir la caja: el fuerte olor no coincidía con el producto declarado, lo que motivó una inspección más profunda . Un portavoz de la aduana, Jens Ahland, declaró que incluso oficiales con amplia experiencia quedaron “sin palabras” ante la magnitud del envío.
Gran parte de las crías no sobrevivió al trayecto debido a las condiciones precarias del contrabando, un hecho que representa una violación grave a las leyes de bienestar animal en Alemania. Las tarántulas que lograron mantenerse vivas fueron entregadas a especialistas en fauna para su atención.
El destino final del envío era un hombre radicado en la región de Sauerland, quien ahora enfrenta cargos criminales por no declarar la mercancía, evadir el pago de aranceles y atentar contra la protección animal, además de posibles sanciones económicas o prisión.
Este caso plantea serias dudas sobre las redes dedicadas al tráfico de especies exóticas, especialmente aquellas adaptadas para el mercado clandestino. Además, evidencia la eficacia de los controles aduaneros, que al detectar anomalías como olores atípicos, logran evitar tramas ilegales y proteger tanto la biodiversidad como el cumplimiento de la legislación.