
Ante el debate por la gentrificación, la Iglesia advierte que los cambios demográficos y familiares en Latinoamérica están afectando la resiliencia social
En medio de las discusiones sobre el impacto de la gentrificación en diversas ciudades de México y América Latina, la Iglesia católica mexicana ha alzado la voz para alertar sobre un fenómeno que considera ligado de fondo a estos procesos: las transformaciones demográficas y familiares que avanzan de manera “profunda y silenciosa” en la región.
A través de su editorial en el semanario Desde la Fe, la Iglesia explicó que el reciente estudio Cambios en las estructuras familiares demográficas, elaborado por la Red de Institutos Universitarios Latinoamericanos de Familia, revela datos que deben ser atendidos con urgencia, entre ellos el aumento de hogares unipersonales, el envejecimiento poblacional y la reducción de las tasas de natalidad, que en varios países ya se ubican por debajo de las tasas de mortalidad.
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“El estudio detecta que se camina hacia una sociedad ‘menos resiliente y más vulnerable’ por la ausencia de vínculos de apoyo y lazos familiares”, señaló la publicación, añadiendo que estas cifras no solo modifican estadísticas, sino que transforman “la vida cotidiana, las relaciones humanas y las bases mismas de la convivencia”.
La Iglesia recordó que “la familia es el núcleo primario de la sociedad” y que la transición que actualmente atraviesa impacta en la salud social de las comunidades. “Cuando se debilitan los vínculos, cuando la soledad sustituye a la pertenencia, y cuando el envejecimiento no va acompañado de estructuras de apoyo y afecto, el resultado es una sociedad más fragmentada, más vulnerable y menos resiliente”, advirtió.
Entre los hallazgos del estudio se destaca que Uruguay, Argentina, Chile y Colombia concentran una mayor proporción de población adulta mayor, mientras que Paraguay y Bolivia mantienen una composición demográfica con personas de todas las edades. Este fenómeno coincide con el incremento de divorcios y la disminución de matrimonios en varios países, así como con la reducción progresiva de nacimientos.
La Iglesia católica llamó a que la sociedad y los gobiernos reconozcan a la familia como una “prioridad social”, considerando que este núcleo será clave para enfrentar los cambios en las estructuras urbanas y las consecuencias que la gentrificación genera en el tejido comunitario de las ciudades.