
Un creciente número de jóvenes chinos opta por dejar el empleo formal debido al agotamiento emocional. Clínicas emergentes buscan atender esta nueva crisis
En distintas ciudades de China, han comenzado a operar clínicas diseñadas para atender a jóvenes que enfrentan un nivel extremo de agotamiento laboral y emocional. Estas nuevas instituciones no forman parte del sistema hospitalario tradicional, pero ofrecen tratamientos terapéuticos para una generación que rechaza la presión constante del mundo laboral.
Este fenómeno ha ganado visibilidad en los últimos años. Jóvenes entre 20 y 35 años llegan a estos espacios afectados por trastornos como ansiedad, depresión, insomnio y una profunda pérdida de motivación. Algunos acuden por voluntad propia; otros, impulsados por la imposibilidad de continuar bajo exigencias laborales que consideran inalcanzables.
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Uno de los centros más conocidos es Dinghui Heart Healing Center, ubicado en Chengdu, que desde su apertura en 2022 ha recibido a más de 3 mil personas. Su enfoque está basado en terapias psicológicas, meditación, masajes, acompañamiento espiritual y actividades al aire libre. Los tratamientos pueden extenderse desde una semana hasta tres meses.
Zhang Lin, psicóloga clínica del centro, explicó en entrevista con The Guardian: “Muchos de nuestros pacientes no tienen enfermedades mentales diagnosticadas, pero han perdido el sentido de la vida y la energía para seguir adelante. Vienen aquí buscando descanso, validación y una pausa del sistema que los sobrecarga”.
El fenómeno está vinculado a una corriente social conocida como “tang ping” —traducido como “tirarse al piso”—, que expresa un rechazo pasivo a las exigencias del sistema productivo. Aunque el término ha sido censurado por las autoridades, su mensaje ha calado entre miles de jóvenes que lo replican a través de redes sociales mediante hashtags como #tangpinglife o #lyingflatstyle.
A diferencia del modelo “996” —trabajar de 9 a 21 horas, seis días por semana—, los defensores del tang ping buscan un estilo de vida menos centrado en el rendimiento constante. Según un estudio de China Youth Daily, el 75% de los encuestados se declaró agotado por sus responsabilidades laborales y un 43% afirmó que dejaría su empleo si contara con otra opción viable.
A estos espacios también se han sumado clínicas como el Yin Yang Balance Retreat, que incorpora medicina tradicional china, escritura terapéutica, caminatas guiadas y dinámicas grupales.
Anthony Spires, investigador de la Universidad China de Hong Kong, advierte que lo que ocurre no es pereza, sino una “crisis cultural del trabajo”. En sus palabras: “Estos jóvenes no son flojos, están quemados por un sistema que exige más de lo que pueden dar”.
Aunque algunos sectores califican estas clínicas como un lujo de las clases medias urbanas, su proliferación indica una necesidad real. En los últimos dos años se han abierto más de 20, y otras están en proceso de registro formal.
Frente a este escenario, el gobierno ha comenzado a implementar estrategias para promover la salud mental y flexibilizar algunas condiciones laborales. No obstante, el crecimiento de estos centros sugiere que el problema de fondo persiste: el choque entre la expectativa de productividad sin descanso y el derecho al bienestar.