
La Santa Sede registró utilidades por más de 70 millones de dólares, impulsadas por sus activos inmobiliarios y financieros.
A pesar de enfrentar un déficit estructural, el Vaticano cerró el último ejercicio fiscal con un notable superávit de 62.2 millones de euros (equivalentes a 72.2 millones de dólares), según el informe financiero anual difundido este lunes por la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA). El resultado representa un incremento del 35% en comparación con el año anterior.
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Este repunte permitirá destinar una contribución extraordinaria de 46.1 millones de euros (unos 53 millones de dólares) para atender las necesidades operativas de la Santa Sede y aliviar el déficit de la Curia romana, precisó el Vaticano.
La APSA, creada en 1967, administra el vasto portafolio de bienes del Vaticano. Desde 2021 publica su balance anual como parte del proceso de transparencia financiera impulsado por el papa Francisco, en respuesta a repetidos escándalos financieros que han sacudido la institución en décadas recientes.
Actualmente, el Vaticano posee 4,234 propiedades en Italia y cerca de 1,200 en el extranjero, distribuidas principalmente en ciudades clave como París, Londres, Ginebra y Lausana. Estos activos inmobiliarios, junto con sus inversiones financieras, representan una fuente importante de ingresos.
Aunque el balance fue positivo, el nuevo pontífice León XIV —electo en mayo— enfrenta el reto de sanear una economía vaticana que arrastra un déficit estructural cercano a los 70 millones de euros, dentro de un presupuesto que ronda los mil millones.
Con información de Excelsior