
En la antesala de la cumbre Rusia-EU, Putin y Kim Jong Un reafirman cooperación militar y tecnológica, y ratifican su pacto de defensa mutua
En un nuevo gesto de cercanía política y militar, Rusia y Corea del Norte confirmaron su compromiso de fortalecer su cooperación estratégica, a pocos días de que el presidente ruso, Vladimir Putin, se reúna en Alaska con su homólogo estadounidense, Donald Trump.
La prensa oficial de Pyongyang informó que Putin y el líder norcoreano, Kim Jong Un, sostuvieron una conversación telefónica el martes en un “ambiente cálido y de camaradería”, en la que ambos reafirmaron su “voluntad de reforzar la cooperación en el futuro”.
Durante el diálogo, Putin agradeció “el espíritu de sacrificio demostrado por el personal militar del Ejército Popular de Corea en la liberación de Kursk”, en alusión a la participación norcoreana en el conflicto que Rusia mantiene en Ucrania. Kim, por su parte, aseguró que Corea del Norte “apoyará plenamente todas las medidas que adopte el liderazgo ruso en el futuro”.
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Las relaciones bilaterales se han estrechado en los últimos años, especialmente tras operaciones conjuntas en territorio ucraniano y la firma de un pacto de defensa mutua durante la visita de Putin a Pyongyang en 2024. Este acuerdo, ratificado por ambos parlamentos en diciembre, establece que, en caso de agresión, las partes se brindarán asistencia militar inmediata con “todas las medidas disponibles”, lo que lo convierte en el compromiso de defensa más sólido de Rusia desde el fin de la Guerra Fría.
En abril de 2025, Corea del Norte confirmó oficialmente el envío de unos 14 mil soldados para apoyar a Rusia en el frente de Ucrania, particularmente en la región de Kursk. La acción fue duramente criticada por Washington y Seúl, que la consideraron una violación de resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
Más allá del ámbito militar, Moscú y Pyongyang han avanzado en cooperación tecnológica. Rusia ha brindado asistencia para ampliar la base de lanzamiento espacial de Sohae, lo que incrementa la capacidad norcoreana para poner en órbita satélites, incluidos de uso militar y de reconocimiento. La modernización incluye nueva infraestructura para el ensamblaje de cohetes y mejoras logísticas en puertos, facilitando el transporte de componentes por vía marítima.
Analistas señalan que esta alianza, aunque todavía en desarrollo, podría acelerar de forma significativa las capacidades satelitales y militares de Corea del Norte, consolidando un eje estratégico con Moscú en un momento de creciente tensión internacional.