
La justicia de Brasil sentenció a 12 años de prisión a Kerollen y Nancy Cunha Ferreira tras humillar a dos niños en un video viral
La justicia brasileña dictó una condena histórica en agosto de 2025 contra Kerollen Vitória Cunha Ferreira y Nancy Gonçalves Cunha Ferreira, madre e hija e influyentes figuras en redes sociales, al ser sentenciadas a 12 años de prisión en régimen cerrado por humillar a dos menores en un video que se volvió viral. El contenido, subido a plataformas como Instagram, TikTok y YouTube, mostraba a los niños de 9 y 10 años recibiendo objetos de manera burlona: uno una banana y otro un mono de peluche.
El incidente ocurrió en 2023 en São Gonçalo, región metropolitana de Río de Janeiro, y rápidamente generó indignación pública. La jueza Simone de Faria Ferraz, de la 1ª Vara Criminal de São Gonçalo, calificó el hecho como “racismo recreativo” y enfatizó que las influencers “animalizaron” a los niños y “monetizaron su dolor”. Según el Ministerio Público del Río, las plataformas también pudieron obtener ganancias económicas a partir de la difusión de este contenido discriminatorio.
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La sentencia incluye, además de la pena de prisión, una indemnización de 20 mil reales (aproximadamente 68 mil pesos mexicanos) para cada víctima y la prohibición de publicar material similar o mantener contacto con los menores.
El fallo representa un precedente en Brasil en la lucha contra el racismo infantil en entornos digitales. La abogada Fayda Belo, especialista en derecho antidiscriminatorio, señaló que se trató de “influencers que ridiculizaron a dos niños negros y los animalizaron como si fuera una broma”, y resaltó la gravedad ética del acto.
Las consecuencias para las víctimas fueron significativas: el niño sufrió burlas en la escuela y abandonó su sueño de ser futbolista, mientras que la niña vivió aislamiento social y requirió apoyo psicológico. La sentencia busca enviar un mensaje claro sobre la responsabilidad de los creadores de contenido y la protección de los menores frente a discursos de odio.
El caso de Kerollen y Nancy Cunha Ferreira pone en evidencia los límites del humor en redes sociales y destaca la importancia de sancionar actos de humillación racial. La justicia brasileña ha enviado un mensaje contundente: incluso en el espacio digital, el racismo no queda impune.