
En la XIII Cumbre Extraordinaria del ALBA-TCP, Nicolás Maduro pidió apoyo regional contra lo que calificó como amenazas del “imperialismo” estadounidense.
Durante la XIII Cumbre Extraordinaria de Jefes de Estado y de Gobierno de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), el presidente venezolano, Nicolás Maduro, llamó a reforzar la unidad regional. Su discurso enfatizó la necesidad de que América Latina, el Caribe, África e incluso sectores progresistas de Estados Unidos se movilicen para respaldar lo que definió como el derecho de su país a “la soberanía, la paz y la autodeterminación”.
En la sesión virtual, Maduro sostuvo que el continente enfrenta una disputa entre los proyectos de los pueblos y los intereses del “imperio estadunidense”. Aseguró que la defensa de la estabilidad venezolana requiere también de la unión interna de su población.
El contexto de este mensaje se da luego de que Estados Unidos desplegara tres buques de guerra frente a las costas venezolanas, una acción justificada por Washington como parte de la estrategia antidrogas. Paralelamente, el gobierno del expresidente Donald Trump elevó a 50 millones de dólares la recompensa por información que lleve a la captura de Maduro.
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Desde Cuba, el presidente Miguel Díaz-Canel intervino en la cumbre para rechazar el intervencionismo y trazó un paralelismo con la guerra en Gaza. “Las amenazas que se ciernen sobre Venezuela se basan en la misma filosofía de despojo que han convertido una pequeña franja de tierra en el infierno de este mundo”, expresó.
La ofensiva diplomática estadounidense fue calificada como una “farsa” por el fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, quien acusó a Washington de utilizar una “nefasta y totalmente hipócrita lucha contra el narcotráfico” para justificar presiones. En sintonía, el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, aseguró que “esas estrategias psicológicas son cada vez menos elaboradas” y afirmó que “no hay ni un metro cuadrado de cultivos de cocaína en Venezuela”.
Rodríguez agregó que el país acumula las mayores victorias contra el narcotráfico, mencionando como primer paso la expulsión de la DEA, a la que calificó como “principal narcotraficante del planeta”.
La respuesta oficial de Caracas se reforzó con un comunicado en el que se advierte que el despliegue militar estadounidense en el Caribe “ponen en riesgo la paz y estabilidad de toda la región”. A estas medidas se suma que el Departamento de Estado mantiene vigente desde enero una recompensa de 25 millones de dólares contra Diosdado Cabello, ministro de Interior venezolano, acusado de conspiración narcoterrorista vinculada al cártel de los Soles y a las FARC.