
Tras casi un siglo, el tricolor deja de ocupar un puesto en la élite parlamentaria y se convierte en la cuarta fuerza política de la Cámara Alta.
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) dejará de formar parte de la élite del Senado por primera vez en 96 años. Con la salida de Néstor Camarillo de sus filas, la bancada priista se redujo al grado de convertirse en la cuarta fuerza política, lo que implica perder su derecho a integrar la Mesa Directiva con la tercera vicepresidencia.
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El coordinador del Partido Verde en el Senado, Manuel Velasco, explicó que el acuerdo alcanzado con Morena en 2023, que permitió la creación de una cuarta vicepresidencia para el PVEM, tuvo carácter temporal y concluye este 1 de septiembre. De esta forma, esa posición desaparece y el PRI queda fuera de los espacios de mayor relevancia en la conducción del Senado.
El hecho marca un hito en la historia política del país, pues durante décadas el PRI dominó de manera absoluta la vida parlamentaria. Su hegemonía electoral pintó de tricolor los escaños del Senado y las curules en la Cámara de Diputados, asegurando su presencia en los órganos de decisión del Congreso de la Unión.
Ahora, con la pérdida de peso político, el partido que alguna vez fue el hegemónico en México enfrenta un escenario inédito: observar desde la periferia del poder en la Cámara Alta.
Con información de Excelsior