
El regreso a clases genera estrés en padres mexicanos, debilitando su sistema inmune y aumentando riesgos de enfermedades y agotamiento diario.
El regreso a clases marca un momento de alegría para los niños, pero para muchos padres en México es sinónimo de tensión y preocupación. El tráfico, las tareas escolares y los gastos inesperados generan un estrés que no solo afecta la mente, sino también la salud física, debilitando el sistema inmunológico, principal defensa del organismo.
El doctor Hugo Palafox, experto en metabolismo humano y vicepresidente de Ciencia de Immunotec, señala que “el estrés crónico por el regreso a clases puede dañar nuestros sistemas de defensa”. Explica que el sistema inmune funciona como “un ejército que está en movimiento, que está explorando cada rinconcito de nuestro cuerpo”, pero que el estrés constante lo debilita, dejando a los padres más vulnerables a infecciones y problemas de salud.
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El estrés prolongado se ha asociado con enfermedades cardiovasculares, hipertensión, diabetes, depresión y ansiedad, según los Centros de Control de Enfermedades (NIH). Palafox explica que esta presión provoca inflamación, daño celular y afecta el bienestar emocional y psicológico, lo que puede reflejarse en dificultades para concentrarse, alteraciones del sueño y malestar físico.
Además del sistema inmune, existe el sistema antioxidante, presente en cada célula, que combate el estrés oxidativo. Palafox resalta la importancia del glutatión, “antioxidante maestro”, cuya disminución puede comprometer la defensa del organismo y acelerar el envejecimiento celular. Estudios han vinculado estos efectos con mayor riesgo de enfermedades como Alzheimer y Parkinson.
El estrés acumulado también favorece la aparición temprana de problemas comunes en la adultez, incluyendo enfermedades del corazón, diabetes, cáncer y osteoporosis. Para contrarrestar estos efectos, Palafox recomienda un enfoque doble: manejar la fuente de estrés y fortalecer las defensas del cuerpo mediante una buena alimentación, hidratación, sueño reparador y actividad física regular.
Los CDC sugieren estrategias complementarias: tomar descansos de redes sociales y noticias, practicar respiración profunda, limitar alcohol y tabaco, y buscar apoyo social o profesional si el estrés impacta el bienestar. Intervenciones basadas en la atención plena (Mindfulness-Based Stress Reduction, MBSR) también han demostrado mejorar la salud física y mental al reducir la reactividad al estrés.
Con un manejo adecuado del estrés, el regreso a clases puede ser una etapa más llevadera para los padres mexicanos, protegiendo su salud y fortaleciendo su bienestar mientras apoyan a sus hijos en el inicio del ciclo escolar.