
El capitán de Navío Abraham Jeremías Pérez Ramírez fue hallado muerto en Tamaulipas; estaba bajo investigación por contrabando de combustible
La Secretaría de Marina-Armada de México (Semar) confirmó el fallecimiento del capitán de Navío Abraham Jeremías Pérez Ramírez, quien presuntamente se quitó la vida este lunes en su oficina en Tamaulipas. El oficial estaba relacionado con las indagatorias sobre contrabando de combustible que derivaron en el aseguramiento de 10 millones de litros.
De acuerdo con fuentes del Gabinete de Seguridad, el marino se desempeñaba como director de la Unidad de Protección Portuaria de Altamira. La Fiscalía General de la República (FGR) lo había señalado por supuestamente recibir 100 mil pesos en sobornos a cambio de permitir el paso de un buque cargado con hidrocarburo ilegal.
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Tras el deceso, agentes del Ministerio Público Federal acudieron a las oficinas del mando naval para dar inicio a las diligencias correspondientes. En un comunicado emitido a través de su cuenta oficial en X, la Semar lamentó la muerte de su elemento sin mencionar su nombre:
“La Secretaría de Marina-Armada de México lamenta profundamente el sensible fallecimiento de uno de sus elementos, en el estado de Tamaulipas. La institución extiende su más sentido pésame y solidaridad a su familia, amigos y compañeros, reiterando que se les brindarán todos los apoyos necesarios y los que por ley corresponden. Asimismo, se reitera la colaboración con las autoridades competentes para el pleno esclarecimiento de los hechos”, indicó el mensaje.
Con este caso suman tres muertes vinculadas a la investigación por el hallazgo del cargamento ilegal en Tampico el pasado 19 de marzo. El 21 de octubre de 2024 fue asesinada en Colima Magaly Janet Nava Ramos, auxiliar en la delegación de la FGR y responsable de indagar la muerte del contralmirante Fernando Rubén Guerrero Alcántar. Éste había denunciado el contrabando y fue asesinado el 8 de noviembre de 2024 en Manzanillo.
La muerte del capitán Pérez Ramírez ocurre en un momento en que la FGR mantiene abiertas varias líneas de investigación sobre corrupción y tráfico de combustible en puertos mexicanos, lo que agrava las sospechas en torno a una red criminal que alcanzaría a distintos niveles de la estructura de seguridad.