
Un dron atacó un barco con ayuda humanitaria frente a la costa de Túnez; Greta Thunberg se encontraba entre los pasajeros a salvo
Un barco que transportaba alimentos, medicinas y suministros básicos hacia Gaza fue alcanzado por un dron frente a la costa de Túnez, en un hecho que genera alarma sobre la seguridad de las flotillas civiles. Entre los pasajeros se encontraba la activista sueca Greta Thunberg, quien viajaba con aproximadamente 300 personas de 44 países que buscan llevar apoyo humanitario a la Franja de Gaza.
El convoy zarpó semanas atrás desde Barcelona bajo estricta vigilancia de drones y medidas de seguridad, y el incidente se suma a ataques previos contra misiones similares. En mayo, un navío de la Flotilla de la Libertad fue alcanzado por drones cerca de Malta, y en junio otro barco con ayuda fue interceptado por fuerzas israelíes en aguas internacionales, lo que derivó en la detención de varios activistas en el puerto de Asdod.
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Hasta el momento, Thunberg y el resto de los pasajeros se encuentran fuera de peligro y esperan instrucciones sobre la continuidad de la misión. El comité organizador de la flotilla emitió un comunicado: “Estos actos buscan intimidar y frenar la solidaridad internacional, pero no nos detendrán”.
El ataque ocurre en un contexto crítico para Gaza, donde más del 80% de la población depende de la ayuda humanitaria y enfrenta acceso limitado a agua potable, alimentos y servicios médicos. La flotilla atacada, llamada Family Boat, forma parte del proyecto Global Sumud, coordinado por la Coalición de la Flotilla de la Libertad, que organiza misiones desde 2010.
La participación de Thunberg amplía su activismo hacia derechos humanos y justicia internacional, mostrando la intersección entre crisis climática, conflicto y desplazamiento forzado. Por su parte, fuentes de seguridad regionales reportan un incremento del uso de drones armados para vigilar embarcaciones consideradas sospechosas en el Mediterráneo oriental, lo que aumenta la preocupación sobre la legalidad de estos ataques según el Derecho Marítimo Internacional.
El episodio también plantea posibles repercusiones diplomáticas, ya que los organizadores podrían recurrir a tribunales internacionales por violaciones a la protección de buques civiles en aguas internacionales establecidas en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. La tensión sobre las flotillas humanitarias persiste, mientras la comunidad internacional exige garantías para garantizar la entrega segura de la ayuda.