
El edificio, aunque considerado icónico por su valor arquitectónico e histórico, no llegó a ser utilizado ni rehabilitado.
La emblemática Torre de Pemex, ubicada en Veracruz y que fue cedida a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) con la intención de trasladar sus oficinas centrales al interior del país, ha sido devuelta a Petróleos Mexicanos tras permanecer sin uso.
Pablo Robles Barajas, director general de la región Cuenca-Golfo-Centro de Conagua, explicó que la devolución del inmueble comenzó hace aproximadamente un mes, luego de determinar que no sería ocupado. Destacó que, si bien la estructura se encuentra en condiciones aceptables, el paso del tiempo ha generado un deterioro que demanda una inversión significativa para su mantenimiento. “Se trata de un inmueble con valor simbólico, pero su antigüedad implica altos costos de conservación, recursos con los que no se cuenta actualmente”, declaró el funcionario.
La Torre fue contemplada durante el gobierno del expresidente Andrés Manuel López Obrador como parte de la estrategia de descentralización de dependencias federales. En este caso, se pretendía que fuera la nueva sede de Conagua. Sin embargo, el proyecto no se materializó. A pesar de que algunas oficinas operaron de forma provisional en el lugar, las condiciones del inmueble —como la falta de espacio adecuado y estacionamiento— dificultaron su uso permanente.
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Conagua aseguró que ha cumplido con todas las obligaciones fiscales y de servicios relacionadas con el edificio, por lo que la entrega de la propiedad a Pemex se realizará sin adeudos. Actualmente, personal técnico de la petrolera estatal lleva a cabo revisiones estructurales y logísticas para determinar qué trabajos de restauración o adecuación serán necesarios en el corto y mediano plazo.
El edificio fue construido en los años 50 con el diseño del arquitecto Carlos Lazo Barreiro, y es considerado un ejemplo destacado del art déco tardío en la región del Golfo de México. La decisión de devolverlo pone fin a una iniciativa de reubicación administrativa que no logró consolidarse y que, finalmente, queda como un intento fallido de descentralizar operaciones gubernamentales hacia el sureste del país.