
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, lanzó este viernes un llamado a reservistas, milicianos y jóvenes alistados para que acudan durante el fin de semana a los cuarteles del país con el propósito de recibir adiestramiento militar.
El objetivo, según explicó, es prepararlos en técnicas de defensa y en el uso de armas para “defender la patria” ante lo que considera una creciente amenaza proveniente de Estados Unidos.
Maduro argumentó que el despliegue reciente de ocho buques estadounidenses en el Caribe sur —operación que Washington ha calificado como parte de una estrategia contra el narcotráfico internacional— representa un “asedio” a Venezuela. Aunque hasta el momento no se ha anunciado oficialmente una acción directa contra su gobierno, el mandatario asegura que se trata de una amenaza encubierta bajo el pretexto de combatir el crimen trasnacional.
En respuesta a este escenario, el presidente ordenó la movilización de al menos 25 mil miembros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) hacia los estados fronterizos con Colombia y las costas caribeñas. También exhortó a la población civil a enlistarse en la Milicia Bolivariana, una fuerza compuesta por ciudadanos que apoyan al régimen y que, según Maduro, jugarán un papel clave en caso de una agresión externa.
La convocatoria fue realizada durante un evento con jóvenes simpatizantes del chavismo, en un ambiente festivo que incluyó música, baile y consignas políticas. Posteriormente, Maduro dirigió un discurso en el que reiteró su denuncia contra lo que califica como intenciones injerencistas de Estados Unidos y reafirmó su llamado a la preparación militar ciudadana.
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De acuerdo con cifras del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS), la Milicia Bolivariana cuenta con aproximadamente 212 mil integrantes, que se suman a los cerca de 123 mil efectivos distribuidos entre las distintas ramas tradicionales de la Fuerza Armada venezolana. No obstante, fuentes militares consultadas por la agencia AFP, incluidos generales retirados, estiman que apenas unos 30 mil milicianos tienen un nivel aceptable de entrenamiento y armamento. La mayoría de los miembros de esta fuerza son jubilados, empleados del sector público o militantes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), lo que le da un fuerte componente ideológico.
La iniciativa de Maduro se enmarca en una narrativa constante del gobierno venezolano, que denuncia una supuesta conspiración internacional contra su soberanía, al tiempo que promueve la militarización de sectores civiles como una estrategia de cohesión política y defensa territorial.