Taylor Swift y Travis Kelce exploran una mansión de 18 millones de dólares en Hunting Valley, Ohio, con espacios de lujo pensados para su estilo de vida.
Tras confirmar su compromiso en Instagram, Taylor Swift y Travis Kelce continúan acaparando la atención mediática, esta vez por su interés en una propiedad exclusiva en Ohio. La pareja fue vista recorriendo una mansión ubicada en Hunting Valley, un vecindario cercano a Chagrin Falls, que podría convertirse en su próximo hogar.
La residencia, valuada en 18 millones de dólares, fue diseñada en 2018 por el arquitecto Charles Fazio y el diseñador naval Ari Loar. La propiedad tiene más de 2 mil metros cuadrados, seis recámaras y trece baños, reflejando un estilo contemporáneo y sofisticado.
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Entre sus amenidades destacan un estudio de grabación privado pensado para Taylor Swift, mientras Travis Kelce puede disfrutar de un gimnasio completo, sauna, simulador de golf y un cuarto de vapor. Además, la casa cuenta con cine privado, sala de billar, cava de vinos, alberca y una cocina al aire libre, ideal para recibir a amigos cercanos como Selena Gomez o Gigi Hadid. Todo ello se complementa con amplias áreas verdes que garantizan privacidad y tranquilidad.
La elección de Hunting Valley no es casual. La zona es conocida por su calma, sus calles pintorescas y su ambiente bohemio. La pareja ha sido vista disfrutando de almuerzos en lugares como JoJo’s French Bistro, lo que ha alimentado la especulación sobre su interés en establecerse allí. La localidad también ofrece propiedades ecuestres, algo atractivo para Swift, que creció montando a caballo, mientras que para Kelce representa la cercanía con su familia en Cleveland Heights.
Aunque la compra aún no ha sido confirmada, el interés por la mansión coincide con la reciente noticia de su compromiso. Según reveló Ed Kelce, padre del jugador, la propuesta tuvo lugar semanas atrás en Lee’s Summit, Misuri, en un entorno íntimo y familiar. Travis pidió la aprobación de Scott Swift, padre de la cantante, antes de entregar el anillo, un diamante de corte antiguo montado en oro amarillo, valuado entre 500 mil y un millón de dólares y diseñado junto con la joyera Kindred Lubeck.
La combinación de lujo, privacidad y conveniencia convierte esta propiedad en un refugio ideal para la pareja, que busca consolidar su vida en común, mientras mantiene su estilo de vida de alto perfil y la fascinación de millones de seguidores en todo el mundo.
