
El asesinato de Charlie Kirk desató teorías de conspiración luego de que Candace Owens sugiriera la participación de Israel, lo que generó una dura respuesta de Netanyahu
El homicidio de Charlie Kirk, fundador de Turning Point USA y una de las voces más influyentes de la derecha en Estados Unidos, continúa generando polémica y teorías de conspiración. La controversia se intensificó tras las declaraciones de Candace Owens, comentarista política cercana al expresidente Donald Trump y amiga del activista asesinado.
En un video difundido en redes sociales, Owens señaló que existe una “mano negra” detrás del crimen y aseguró que la familia de Kirk desconfía de la versión oficial. “Me han dicho directamente que no creen lo que está diciendo el gobierno y que sospechan que hay más personas involucradas”, expresó.
Lo que llamó la atención fue que, a diferencia de otros referentes republicanos que responsabilizaron a la izquierda radical, Owens insinuó que Israel podría estar vinculado con el caso, incluso conectando esa hipótesis con la situación en Gaza. Esta postura sorprendió a muchos de sus seguidores, pues suele estar alineada con la narrativa del trumpismo.
En sus declaraciones también puso en duda la identidad de género de la pareja del presunto asesino, Tyler Robinson, al señalar que los padres de Kirk “no creen que realmente sea transgénero”, lo que añadió un elemento polémico a sus dichos.
La tensión aumentó cuando el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reaccionó con firmeza y calificó esas versiones como “locas, falsas e indignantes”. El mandatario recordó la cercanía de Kirk con la comunidad judía: “Charlie amaba a Israel y recientemente me envió una carta de apoyo. Si alguna vez estaba en desacuerdo conmigo, lo recibía con agrado, porque esa era la esencia de un país libre”. Netanyahu incluso sugirió que esos rumores podrían estar siendo alimentados desde el extranjero, mencionando a Qatar como posible origen.
Mientras tanto, las investigaciones oficiales se centran en Tyler Robinson, de 22 años, acusado por el FBI y la fiscalía de Utah como autor material del asesinato. En su contra existen pruebas forenses y digitales, entre ellas el hallazgo del rifle con ADN coincidente, una nota en la que expresaba su intención de matar a Kirk y mensajes de texto donde confesaba el crimen a su pareja. Robinson enfrenta cargos de homicidio agravado, uso de arma de fuego y obstrucción a la justicia.
Aunque aún no se define un móvil oficial, la fiscalía indaga si el ataque estuvo relacionado con las posturas de Kirk sobre las personas transgénero, pues fue baleado en un evento mientras respondía una pregunta sobre ese tema. Las autoridades sostienen que actuó en solitario, aunque analizan su participación en un chat de Discord con decenas de usuarios para descartar instigaciones externas.
La muerte de Kirk no solo representa la pérdida de un líder juvenil conservador, sino que también ha evidenciado fracturas dentro del propio discurso de la derecha estadounidense, dividida entre quienes promueven teorías de conspiración y quienes se apegan a las pruebas judiciales.