
Las comunidades campesinas que mantenían interrumpida la ruta férrea hacia Machu Picchu, el principal destino turístico de Perú, decidieron poner fin a las protestas luego de alcanzar un acuerdo respecto al servicio de transporte de visitantes.
De acuerdo con el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo, el emblemático sitio arqueológico, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1983, recibe en promedio 4,500 turistas diarios, aunque desde el pasado 14 de septiembre las visitas se habían visto afectadas de manera intermitente.
Los pobladores bloquearon el acceso colocando rocas y troncos en las vías del tren para exigir la salida de una empresa privada de autobuses cuya concesión de 30 años concluyó el 4 de septiembre. A partir de esa fecha, una nueva compañía de origen local debía asumir el traslado de los turistas desde la estación ferroviaria hasta la ciudadela inca.
Tras una tregua de 72 horas iniciada el miércoles, representantes de ambas compañías lograron un entendimiento con mediación del gobierno peruano. “Ya se levantó la huelga. Los pobladores se reunieron en la sede de la PCM (Presidencia del Consejo de Ministros) en Lima, donde llegaron a varios acuerdos”, informó a la AFP Óscar Luque, delegado de la Defensoría del Pueblo.
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El convenio establece que las empresas Consettur Machupicchu e Inversiones Sumaq San Antonio de Torontoy, propiedad de las comunidades, prestarán el servicio de transporte de manera conjunta durante un periodo de cuatro meses, tras el cual se abrirá una nueva licitación para definir la concesión definitiva. “Este lunes todo está normal en Machu Picchu”, destacó Luque.
Según el balance oficial, al menos 2,300 turistas, tanto peruanos como extranjeros, tuvieron que ser evacuados o lograron salir por sus propios medios entre el martes y el miércoles pasados, luego de los enfrentamientos entre manifestantes y policías que dejaron 14 agentes heridos. Con el acuerdo alcanzado, las operaciones turísticas han vuelto a la normalidad en la histórica ciudadela inca.