
La modelo e influencer Valentina Gilabert confirmó que sólo dará entrevistas pagadas, lo que desató críticas y dividió la opinión pública.
Valentina Gilabert, quien recientemente sobrevivió a un ataque que la mantuvo en el centro de la atención mediática, tomó la decisión de comenzar a cobrar por las entrevistas que le solicitan medios de comunicación. La medida, poco común en el ámbito periodístico, provocó reacciones encontradas y ha colocado nuevamente su nombre en el debate público.
El periodista Gustavo Adolfo Infante reveló en su podcast que la joven influencer determinó que cualquier acercamiento periodístico a partir de ahora deberá ser remunerado. Aunque en algunos sectores del espectáculo esta práctica no es inédita, lo que llamó la atención fue que, según Infante, ni siquiera el padre de Gilabert estaba enterado de esta postura. “Aquí no se paga por entrevistas. Esto no es un circo”, afirmó el conductor, aclarando que él y su equipo no desembolsarán dinero para obtener declaraciones.
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Infante argumentó que son los medios los que brindan visibilidad, y no al revés, por lo que cuestionó que figuras públicas pretendan comercializar sus testimonios. La polémica creció cuando la periodista Jessica Gil buscó a Valentina para coordinar una charla y la modelo respondió que debía consultarlo primero con su abogado. Posteriormente, envió una contestación más clara: “Mis entrevistas ya son presupuestadas… ahorita no estoy dando entrevistas gratis”.
Aunque se le pidió una cantidad específica, la modelo no fijó un monto en ese momento. En su lugar, aseguró que analizaría la solicitud y posteriormente enviaría una propuesta formal.
El caso tomó un giro adicional cuando se supo que Marianne Gonzaga, señalada como la agresora de Gilabert, también habría modificado sus tarifas de colaboraciones en redes sociales tras el escándalo. Este hecho fortaleció la percepción de que ambas estarían buscando capitalizar la atención mediática derivada del violento episodio.
La noticia no tardó en dividir opiniones. Mientras algunos consideran válido que Valentina busque ingresos a partir de la fuerte exposición mediática, otros critican que tanto ella como Gonzaga aprovechen una situación marcada por la violencia y el escándalo para obtener beneficios económicos.