
Ricardo Monreal defendió la presencia de más de 100 asesores en la Suprema Corte, al asegurar que los ministros atraviesan una etapa de aprendizaje
El coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal Ávila, salió en defensa de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), luego de que se diera a conocer que el presidente del máximo tribunal, Hugo Aguilar Ortiz, cuenta con más de un centenar de asesores. El legislador pidió tener paciencia y sostuvo que se trata de un proceso de adaptación tras la reciente reforma judicial.
Al ser cuestionado sobre presuntas irregularidades en torno a la participación de asesores en el Salón de Plenos, Monreal respondió con humor y trató de restar tensión al tema. “Yo cambiaría sus términos duros, porque están en un proceso de aprendizaje. Se supone que ya habían llegado con esa formación. Pero es un proceso, es un proceso, tengamos paciencia”, dijo.
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El político morenista subrayó su confianza en que los ministros y ministras estarán a la altura de las expectativas ciudadanas y se ajustarán a las exigencias de un país que demanda mayor transparencia y justicia. “Yo sí confío en que ellos, los ministros y ministras, van a adecuarse a las nuevas exigencias que México tiene, que la sociedad espera, que los justiciables esperan de su órgano de justicia”, afirmó.
Monreal reconoció que existen situaciones como las denunciadas respecto al exceso de asesores y su influencia, pero las atribuyó a un periodo de capacitación propio de la implementación de la reforma judicial. Enfatizó que lo esencial es evitar que se reproduzcan prácticas de corrupción y que se garantice la independencia judicial.
“Lo importante es que no se corrompan, lo importante es que no vendan la justicia al mejor postor, lo importante es que no reproduzcan vicios que nosotros hemos denunciado de manera recurrente y que por eso fue la reforma judicial tan profunda que vivió México”, recalcó.
Con estas declaraciones, el senador buscó poner en contexto la polémica y trasladar el debate hacia el objetivo central de la transformación judicial: erradicar viejos vicios y recuperar la confianza ciudadana en las instituciones.