
Como cada año, el 2 de Octubre se llevó a cabo una movilización en la Ciudad de México para conmemorar aquel trágico día.
La jornada para recordar los 57 años de la masacre de Tlatelolco terminó empañada por hechos violentos que distorsionaron el propósito de rendir homenaje a las víctimas de la represión estudiantil de 1968.
Estudiantes de distintas universidades del país, normalistas y colectivos sociales se dieron cita desde temprano en la Plaza de las Tres Culturas. La marcha comenzó puntualmente a las 16:00 horas, encabezada por miembros del Comité del 68, quienes partieron rumbo al Zócalo capitalino. El recorrido siguió por el Eje Central Lázaro Cárdenas y, al llegar a la intersección con Paseo de la Reforma, se registraron las primeras acciones vandálicas: se realizaron pintas y detonaciones de petardos en el paso a desnivel, justo antes de continuar hacia Garibaldi.
Durante el trayecto, un grupo de encapuchados autodenominados “Pro Palestina” protagonizó saqueos en tiendas de conveniencia, supermercados y otros negocios, alejándose de la consigna principal de la marcha. En respuesta, elementos antimotines formaron un cerco para contener los disturbios, lo que provocó que los encapuchados respondieran con explosivos caseros como cohetones y petardos.
Al ingresar por la calle 5 de Mayo, los saqueos se intensificaron, centrando su atención en diversos comercios, especialmente tiendas de autoservicio. Mientras tanto, el resto de los contingentes avanzaba de forma pacífica hacia la Plaza de la Constitución, sin involucrarse en los actos de violencia.
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Sin embargo, al arribar al Zócalo, la situación se salió aún más de control. Los grupos radicales atacaron una joyería de alto prestigio, robando piezas de valor, lo que generó la inmediata intervención de los cuerpos de seguridad. Esto derivó en un nuevo enfrentamiento entre policías y encapuchados, con varios oficiales lesionados de forma considerable.
Una fuerza policial adicional se desplegó rápidamente en la plancha del Zócalo para proteger los establecimientos comerciales, lo que provocó la dispersión de los grupos agresores y de algunos contingentes, que comenzaron a retirarse por las calles de 20 de Noviembre y Pino Suárez.
Aunque el resguardo se mantuvo por parte de los elementos de seguridad, sólo un pequeño grupo de manifestantes permaneció en la zona, quemando plásticos y cartón cerca del asta bandera como último acto simbólico. Al ver que la presencia policial no cedía, terminaron por abandonar el lugar, dejando tras de sí daños materiales y suciedad en el corazón de la capital.
El saldo fue de más de 40 personas lesionadas, entre ellas civiles, policías y un reportero de un medio impreso, quienes requirieron atención médica y fueron trasladados a hospitales. Finalmente, cerca de las 20:00 horas, la calma regresó al Zócalo y las brigadas de limpieza entraron en acción, como cada año, para restaurar el orden en la Plaza de la Constitución.