
El presidente francés, Emmanuel Macron, aseguró este miércoles que designará a un nuevo jefe de gobierno “en las próximas 48 horas”, descartando la posibilidad de convocar elecciones anticipadas como salida a la grave crisis política que atraviesa Francia.
La decisión sigue las recomendaciones del actual primer ministro en funciones, Sébastien Lecornu, quien el lunes fue instruido por Macron para dialogar con las distintas fuerzas políticas y evaluar la formación de un nuevo gobierno, tras la renuncia de su propio gabinete apenas 14 horas después de asumir. Lecornu descartó dos alternativas: un nuevo adelanto de los comicios legislativos —opuesto por la mayoría de los diputados— y la dimisión del propio Macron, al considerar que “no es el momento de cambiar de presidente”. El entorno del mandatario confirmó que el nombramiento del nuevo primer ministro se realizará en el plazo mencionado, una vez se conozcan las conclusiones de Lecornu, que apuntan a “una posible plataforma de estabilidad”.
Hasta ahora no se ha revelado quién ocupará el cargo ni la composición del futuro gabinete. Lecornu señaló que no aspira al puesto y subrayó que los nuevos integrantes del gobierno no deberían tener intenciones de competir en la elección presidencial de 2027. La renuncia del tercer primer ministro francés en un año reavivó la crisis institucional que comenzó en 2024, cuando un adelanto electoral inesperado dejó a la Asamblea Nacional sin una mayoría clara, fragmentada entre la izquierda, el bloque centroderechista gobernante y la extrema derecha.
Durante las consultas iniciadas el martes, Lecornu afirmó que existe disposición para aprobar el presupuesto de 2026 antes de fin de año, aunque reconoció que los votos de la coalición oficialista no bastan. En el último año, la oposición logró derribar en el Parlamento a los ex primeros ministros Michel Barnier y François Bayrou, frustrando la aprobación de sus presupuestos. La amenaza persiste, con la ultraderechista Marine Le Pen advirtiendo que censurará a todos los gobiernos hasta que se convoquen nuevas elecciones legislativas. “La farsa ya duró demasiado”, declaró.
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Lecornu también se reunió con representantes de la izquierda, aunque el ambiente fue menos conciliador. La líder ecologista Marine Tondelier calificó como una “provocación final” la posibilidad de que Macron nombre a otro primer ministro de su mismo movimiento y pidió la designación de uno de tendencia progresista. Las expectativas se centran ahora en los socialistas, que a inicios de año facilitaron la aprobación del presupuesto de 2025, pero se distanciaron del gobierno tras sentirse traicionados por Bayrou.
Por su parte, la ex primera ministra Élisabeth Borne propuso suspender la reforma de pensiones aprobada en 2023 —que eleva la edad de jubilación de 62 a 64 años— como gesto de conciliación para alcanzar la estabilidad política, una medida que apoyan socialistas y otras fuerzas opositoras. Sin embargo, gran parte de la coalición oficialista se opone, alegando que la segunda economía de la Unión Europea enfrenta una presión creciente para reducir su deuda pública, que ronda el 115% del PIB.
El conflicto interno en Francia preocupa también en el ámbito europeo, en un contexto en el que se multiplican las voces que piden la dimisión de Macron antes de que finalice su mandato en 2027. Aunque el presidente sigue siendo una figura influyente en la escena internacional, la Constitución francesa le impide postularse nuevamente para un tercer periodo.