
El icónico deporte de escobas voladoras nació cuando J.K. Rowling lo inventó tras una discusión con su novio en un hotel de Manchester
El Quidditch, una de las creaciones más emblemáticas del universo de Harry Potter, tiene un origen que pocos fanáticos conocen. La escritora británica J.K. Rowling reveló que la idea surgió en un momento personal complicado, después de una pelea con su novio en un pequeño hotel de Manchester.
“Inventé el quidditch en un pequeño hotel de Manchester después de una discusión con mi novio de entonces”, confesó Rowling. La autora explicó que pensaba en cómo ciertos elementos unen a una sociedad y le dan identidad, y de esa reflexión nació la idea de un deporte que se convirtiera en un símbolo cultural dentro del mundo mágico. “Eso enfurece a los hombres, lo cual fue bastante satisfactorio, teniendo en cuenta mi estado anímico en el momento en que lo inventé”.
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El Quidditch es un juego ficticio en el que dos equipos de siete jugadores compiten sobre escobas voladoras. Cada equipo cuenta con tres cazadores, dos golpeadores, un guardián y un buscador. Los cazadores deben anotar lanzando la quaffle a los aros del rival, mientras que los golpeadores protegen a sus compañeros de las peligrosas bludgers. El partido concluye cuando el buscador captura la snitch dorada, otorgando 150 puntos.
La popularidad del Quidditch traspasó las páginas y las pantallas, dando origen al Quadball en la vida real, un deporte que combina rugby, balonmano y dodgeball. En esta versión, los jugadores corren con un palo entre las piernas, simulando una escoba, y participan en ligas y torneos oficiales, incluso en México.
El universo de Harry Potter está lleno de otros juegos y competencias encantadas que reflejan la creatividad de Rowling. Entre ellos se encuentran Gobstones, donde las piedras lanzan un líquido maloliente al perder un punto; Exploding Snap, un juego de cartas que explotan; el Torneo de los Tres Magos, que enfrenta a las escuelas de magia más prestigiosas; y el Ajedrez Mágico, cuyas piezas se mueven solas siguiendo órdenes verbales.
Así, lo que comenzó como una reacción espontánea en un momento de tensión personal dio lugar a uno de los elementos más icónicos de la saga. El Quidditch no solo entretiene a los personajes dentro de los libros, sino que ha inspirado a miles de fanáticos a llevar la magia a la vida real. Esta historia demuestra que incluso en los días difíciles, la creatividad y la magia pueden surgir de lo inesperado.