
Tras la explosión de una pipa en Iztapalapa, CDMX, se perdieron 32 vidas; desde estudiantes hasta adultos trabajadores, cada víctima tenía sueños, familia y un legado que recordar.
El 10 de septiembre de 2025, una pipa de gas LP con capacidad de 49,500 litros volcó y explotó en el Puente de la Concordia, en Iztapalapa, Ciudad de México. El accidente dejó 32 muertos y más de 90 heridos, afectando a familias enteras y dejando un profundo impacto en la comunidad.
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Historias detrás de las víctimas
Cada persona que perdió la vida tenía su propia historia, sueños y proyectos truncados por la tragedia:
- Tiffany Odette Cano González (16 años) viajaba con su padre, Misael Cano Rodríguez (39 años), y su bebé Isaí Santiago Ramírez Cano, quien sobrevivió pero resultó gravemente herido. Tiffany falleció tras permanecer hospitalizada con más del 60 % de su cuerpo quemado.
- Laura Lorena Barrera de la Torre (30-31 años), originaria de Jalisco, fue identificada gracias a tatuajes y huellas dactilares.
- Giovana N (21 años, sin identificar oficialmente) presentaba varios tatuajes y cicatrices; estuvo hospitalizada en estado crítico.
- Ali Yael González Aranda (18 años), estudiante del IPN, sufrió quemaduras en más del 85 % de su cuerpo.
- Adolfo Franco Madrigal (56 años), trabajador de vulcanizadora, falleció con más del 90 % de su cuerpo quemado.
- Erick Vicente Acevedo Romero (33 años), chofer del microbús, se convirtió en “Héroe de Iztapalapa” al salvar pasajeros antes de morir.
- Alicia Matías Teodoro, conocida como “Abuelita Heroína”, protegió a su nieta de 2 años durante la explosión, pero falleció con el 90 % de su cuerpo quemado.
Otras víctimas incluyen Jovani Martínez Llanos (17 años), estudiante del IPN; Fernando Soto Munguía, chofer de la pipa; Eduardo Romero Armas (30 años), repartidor; Oswaldo Gutiérrez Espinosa; Omar Alejandro García (28 años), comerciante; Erik Santiago Álvarez (50 años); Juan Carlos Bonilla Sánchez (41 años); José Gabriel Hernández Méndez (17 años); Alicia Matías Teodoro y Jorge Islas Flores (51 años), artista plástico y docente.
Las edades de los fallecidos van de 15 a 58 años, e incluyen estudiantes, trabajadores, comerciantes y padres de familia. Sus historias reflejan la diversidad de personas afectadas por la tragedia y el profundo dolor que ha dejado en sus familias.
Impacto y solidaridad
La explosión del pipazo ha generado conmoción en la Ciudad de México y en todo el país. Familias, vecinos y autoridades continúan brindando apoyo a los heridos y rindiendo homenaje a quienes perdieron la vida. La tragedia también ha puesto de relieve la necesidad de mayores medidas de seguridad en transporte de gas LP para evitar futuros accidentes.
El recuerdo de cada víctima se mantiene vivo en sus comunidades, quienes honran su memoria y comparten sus historias, desde actos heroicos hasta los sueños interrumpidos que habían construido.
Con información de Excelsior