
El X-59 de la NASA completó su primer vuelo con éxito, alcanzando 12 mil pies de altura y 370 km/h sin generar estampido sónico.
La NASA, en colaboración con Lockheed Martin, marcó un antes y un después en la aviación al lograr el primer vuelo exitoso del X-59, un avión supersónico diseñado para romper la barrera del sonido sin producir el clásico estruendo.
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El despegue histórico se llevó a cabo el 28 de octubre de 2025 desde las instalaciones de Lockheed Martin Skunk Works, en Palmdale, California, rumbo al Centro de Investigación de Vuelo Armstrong de la NASA, en el condado de Kern.
El vuelo que hizo historia
Bajo el mando del piloto de pruebas Nils Larson, la aeronave despegó poco después del amanecer y sobrevoló durante una hora el desierto del sur de California, acompañada por un avión de persecución de la NASA.
Durante la prueba, el X-59 alcanzó una altitud de 12 mil pies (3,660 metros) y una velocidad máxima de 370 km/h (230 mph), dentro de su fase inicial de vuelos a baja altitud, enfocada en comprobar la seguridad y la integración de sistemas.
Este primer paso marca el inicio de una serie de pruebas que se extenderán hasta 2029, orientadas a perfeccionar la tecnología de “bajo estampido sónico”. Este desarrollo busca transformar el característico estallido de los aviones supersónicos en un sonido suave, comparable al cierre de una puerta de automóvil, lo que permitiría autorizar vuelos supersónicos sobre zonas pobladas.
Un nuevo capítulo en la aviación
El X-59, con casi 30 metros de longitud y un motor único, está diseñado para alcanzar Mach 1.4 (alrededor de 1,490 km/h) a 55 mil pies (16,764 metros) de altitud.
El proyecto, iniciado en 2018, ha recibido una inversión de 518 millones de dólares, y su desarrollo representa una apuesta por el renacer del vuelo supersónico, una ambición que quedó en pausa tras el retiro del Concorde en 2003.
“Confías en los ingenieros, en los técnicos, en cada detalle del avión. Si ellos confían en mí, yo estoy listo para volar”, expresó Nils Larson antes del despegue.
Por su parte, el secretario de Transporte y administrador interino de la NASA, Sean Duffy, calificó el proyecto como “una muestra del ingenio estadounidense”, destacando que este avance “mantiene el liderazgo de Estados Unidos en la aviación y podría transformar la forma en que el mundo viaja”.
El futuro de los vuelos supersónicos
La NASA y Lockheed Martin utilizarán los datos obtenidos para definir nuevos estándares internacionales sobre el ruido aeronáutico. Además, la agencia planea realizar encuestas ciudadanas en distintas comunidades para analizar la percepción del sonido y continuar optimizando el diseño antes de su aplicación comercial.
Con este logro, el X-59 se consolida como el símbolo del regreso de los vuelos supersónicos, esta vez más silenciosos, sostenibles y seguros, abriendo el camino hacia una nueva era en el transporte aéreo.
Con información de Excelsior







