
Lujo, privacidad y experiencias a la medida definen los destinos que elige la élite mexicana para vacacionar, dentro y fuera del país, durante todo el año.
Las vacaciones de la élite mexicana responden a una lógica distinta a la del turismo masivo. No están condicionadas por temporadas de descuentos ni por calendarios escolares, sino por la búsqueda permanente de exclusividad, comodidad absoluta y experiencias diseñadas a la medida. Para este sector, el destino no solo es un lugar para descansar, sino una extensión de su estilo de vida, su red social y su posición económica.
En las últimas dos décadas, ciertos enclaves se han consolidado como referentes del turismo premium. No se trata únicamente de paisajes atractivos, sino de espacios que ofrecen seguridad, discreción, alta gastronomía y servicios personalizados. Tanto en México como en el extranjero, estos destinos se han convertido en puntos de encuentro donde la élite vacaciona, invierte y, en muchos casos, adquiere segundas residencias.
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En el ámbito nacional, las preferencias se concentran en costas de alto nivel, desarrollos residenciales cerrados y zonas con infraestructura pensada para un turismo de muy alto poder adquisitivo. Los Cabos, en Baja California Sur, destaca como uno de los principales referentes. Esta región combina mar y desierto con villas privadas, campos de golf de diseño internacional, hoteles de ultra lujo y marinas donde la presencia de yates es parte del paisaje cotidiano. Aquí, el hospedaje suele darse en residencias completas con chef privado, concierge permanente y agendas personalizadas, lejos de circuitos turísticos convencionales.
Otro destino clave es Punta Mita y la Riviera Nayarit, una zona caracterizada por su exclusividad de bajo perfil. Playas de acceso restringido, residencias de alto valor y resorts que operan bajo esquemas similares a clubes privados la convierten en un refugio para quienes buscan aislamiento y discreción. La oferta incluye experiencias diseñadas a la medida, desde pesca privada hasta cenas personalizadas, en un entorno que privilegia la calma y la privacidad.
La Riviera Maya también ocupa un lugar central en las preferencias de la élite, particularmente en áreas como Mayakoba, zonas exclusivas de Cancún y Playa del Carmen, así como el Tulum de perfil boutique. Resorts de clase mundial, playas privadas, spas, campos de golf y una gastronomía de nivel internacional hacen de este corredor un destino ideal para estancias prolongadas, celebraciones privadas, bodas o retiros enfocados al bienestar.
En el plano internacional, cuando el objetivo es combinar invierno, lujo y estatus, Aspen, en Colorado, se mantiene como uno de los destinos predilectos. Este enclave alpino reúne pistas de esquí de alto nivel, chalets con servicio completo, boutiques de marcas de lujo y una comunidad global de empresarios, celebridades y grandes fortunas. Para muchas familias mexicanas de alto patrimonio, Aspen ofrece la certeza de coincidir con su mismo círculo social en un entorno exclusivo.
Más allá del lugar, la élite mexicana busca control del entorno, acceso prioritario y experiencias sin multitudes. Villas privadas, clubes de playa, marinas, hoteles boutique y propuestas de bienestar integral forman parte de una nueva definición de lujo, donde el confort, la salud y la privacidad son tan importantes como el destino mismo.







