
Un niño derribó accidentalmente una corona de oro valuada en 320 mil dólares durante una exposición en Pekín, lo que desató debate sobre responsabilidades y seguridad
Un incidente ocurrido en un museo de Pekín generó una amplia discusión en redes sociales luego de que un niño derribara de forma accidental una valiosa corona de oro exhibida al público. El hecho fue captado en video y difundido por la propietaria de la pieza, la influencer china Zhang Kaiyi, lo que impulsó el debate sobre la seguridad en espacios culturales y la responsabilidad legal en este tipo de casos.
El accidente ocurrió el 13 de diciembre durante una jornada regular de la exposición que Zhang Kaiyi presenta junto con su esposo, el artista Zhang Yudong, en el Museo X de la capital china. La muestra, inaugurada en octubre, reúne más de 100 obras de 87 artistas y está programada para permanecer abierta hasta enero de 2026.
Te puede interesar: Una niña se come el pastel de bodas y el vídeo causa polémica en redes sociales
En las imágenes difundidas se observa al menor acompañado por un adulto frente a una vitrina colocada sobre una plataforma de aproximadamente un metro de altura. Mientras el adulto toma fotografías, el niño sopla el vidrio y posteriormente intenta limpiarlo con la mano. En ese momento, la cubierta protectora se desprende y la corona cae al suelo, provocando daños visibles.
La pieza afectada es conocida como la “corona fénix”. Tiene un peso aproximado de dos kilogramos y está valuada en alrededor de 2 millones 270 mil yuanes, equivalentes a unos 5.7 millones de pesos mexicanos. Fue elaborada de manera artesanal por Zhang Yudong para su esposa. Su valor no se limita al material, ya que este tipo de coronas eran utilizadas por emperatrices o mujeres de alto rango en la antigua China y actualmente se asocian con estatus, prosperidad y ceremonias nupciales.
De acuerdo con estimaciones preliminares, los daños ascienden a unos 400 mil yuanes, poco más de 50 mil dólares, lo que indica que la corona no quedó destruida en su totalidad y podría ser restaurada. No obstante, el caso abrió un debate sobre quién debe asumir los costos derivados del accidente.
El abogado Fu Jian, director del despacho Henan Zejin, explicó a medios locales que la responsabilidad debe analizarse según el grado de culpa. Señaló que las vitrinas que resguardan objetos de alto valor deben cumplir con estrictas medidas de seguridad y que, si la estructura es inestable o insuficiente, la responsabilidad podría recaer en quienes la diseñaron o instalaron. También indicó que los organizadores de exposiciones están obligados legalmente a garantizar la protección de las piezas, especialmente cuando los riesgos son previsibles y no existen advertencias visibles para el público.
Un empleado del Museo X reconoció que la cubierta protectora no estaba fijada adecuadamente y que el área carecía de señalización preventiva. En cuanto al menor, especialistas recordaron que, conforme al código civil chino, no tiene capacidad civil, por lo que cualquier consecuencia legal correspondería a su tutor.
Tras la viralización del video, Zhang Kaiyi aclaró que no busca exigir una indemnización a la familia del niño ni exponerlos públicamente, y señaló que su intención es alcanzar una solución justa y evitar que incidentes similares se repitan en espacios culturales.







