
Natanael Cano organizó una posada privada en Hermosillo que reunió a artistas, creadores digitales y colaboradores, con música en vivo y regalos de lujo
Natanael Cano cerró el año con una celebración que trascendió el formato tradicional de una posada. El intérprete de corridos tumbados encabezó un evento navideño de carácter privado que rápidamente llamó la atención por su nivel de producción, la lista de invitados y los obsequios entregados durante la velada.
La reunión correspondió a la posada anual de CT, empresa liderada por el propio cantante, y fue concebida como un encuentro de agradecimiento para colaboradores y personas cercanas a su proyecto artístico y empresarial. Lejos de una celebración convencional, el festejo destacó por su enfoque exclusivo y por los detalles cuidadosamente planeados.
La sede elegida fue la Hacienda Jesusita, en Hermosillo, Sonora, un recinto que ofreció un entorno amplio y controlado para una noche de convivencia. Desde el acceso, los asistentes encontraron espacios diseñados para el confort, con una oferta constante de alimentos, bebidas y postres disponibles a lo largo del evento.
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La música en vivo fue uno de los elementos centrales de la posada. Entre los participantes destacó Gabito Ballesteros, integrante de CT, así como agrupaciones del regional mexicano como Banda Nashuaua y Los Plebes del Rancho de Ariel Camacho, quienes se encargaron de mantener el ambiente festivo durante varias horas.
El encuentro también reunió a figuras del ámbito musical y digital. Entre los invitados estuvieron Tyan G, Beto Chi, Zabores Rob, Jorge Tapia, Tito Torbellino Jr., Jesús Low, de La Receta, y El Abelito, quien compartió fragmentos de la celebración en redes sociales. Las publicaciones permitieron observar el ambiente relajado y la magnitud del festejo, lo que impulsó su rápida difusión en plataformas digitales.
Uno de los momentos más comentados de la noche fue la rifa de dos automóviles de lujo. La entrega de los vehículos formó parte del reconocimiento al trabajo y compromiso de los colaboradores de la empresa durante 2025, y generó sorpresa y reacciones inmediatas entre los presentes.
Más allá del espectáculo y los obsequios, la posada funcionó como un cierre simbólico de año para el proyecto encabezado por Cano, reforzando un mensaje de cercanía con su equipo y consolidando su imagen como una figura que traslada su éxito artístico al ámbito empresarial.







