Rubio explicó que la administración estadounidense ha desplegado miles de efectivos en la región, además de un portaaviones, buques de guerra y aviones de combate.
EU minimiza riesgo de tensión con Rusia por Venezuela y mantiene ofensiva regional. El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, afirmó que Washington no ve un riesgo de escalada con Rusia en relación con Venezuela, aun cuando el gobierno del presidente Donald Trump ha reforzado de manera significativa su presencia militar en el Caribe.
En declaraciones a la prensa, Rubio explicó que la administración estadounidense ha desplegado miles de efectivos en la región, además de un portaaviones, buques de guerra y aviones de combate. Estas acciones se dan luego de que la cancillería de Rusia expresara su preocupación por las decisiones de Washington respecto a Venezuela, al advertir posibles afectaciones al transporte marítimo internacional y llamar a evitar “errores fatales”.
Aunque Moscú mantiene una relación cercana con Caracas, un reciente documento estratégico de la Casa Blanca señala que Estados Unidos busca reafirmar su predominio en el hemisferio occidental y plantea retomar los principios de la Doctrina Monroe, que históricamente estableció la región como zona de influencia estadounidense.
En paralelo, el gobierno de Trump ha intensificado operaciones contra presuntas embarcaciones vinculadas al narcotráfico, ha asegurado un petrolero sancionado frente a costas venezolanas y anunció un “bloqueo” a los buques penalizados que ingresen o salgan del país sudamericano. El propio mandatario ha reiterado que podrían registrarse ataques terrestres en el corto plazo, lo que ha generado inquietud en diversos sectores políticos.
Rubio también descartó de manera tajante cualquier posibilidad de acuerdos de paz con organizaciones criminales. Señaló que Estados Unidos no negociará con bandas del narcotráfico ni con grupos armados como el Ejército de Liberación Nacional (ELN) o facciones disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), a las que acusó de continuar enviando drogas a territorio estadounidense o de colaborar con cárteles en México.
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Hasta el momento, Washington reporta la destrucción de al menos 29 embarcaciones en el Caribe y el Pacífico, con un saldo de más de un centenar de muertos, a quienes cataloga como “narcoterroristas”, aunque sin presentar pruebas públicas. En los últimos meses, la administración Trump ha designado a la mayoría de estos cárteles como organizaciones terroristas, argumento con el que justifica las acciones militares.
Las advertencias sobre posibles ataques en tierra han encendido alertas en América Latina. Varios gobiernos, particularmente aquellos encabezados por fuerzas de izquierda, acusan a Estados Unidos de propiciar un clima de confrontación y de llevar tensiones bélicas a la región.
