
Karely Ruiz entregó juguetes a niños en Monterrey y generó debate en redes por su actitud; ante las críticas, afirmó que su acción fue genuina y sin fines de promoción
La creadora de contenido Karely Ruiz volvió a colocarse en el centro de la conversación digital tras participar en una entrega de juguetes a niñas y niños de la colonia Independencia, en Monterrey, Nuevo León. La actividad, realizada en compañía de su esposo Jhon Echeverry, tuvo como objetivo llevar un momento de alegría durante la temporada navideña mediante la repartición de juguetes y pastel entre los menores de la zona.
La influencer documentó parte del recorrido a través de videos difundidos en sus redes sociales, donde se observa a los niños recibiendo muñecas, carritos, pelotas y figuras de acción. Aunque el gesto fue bien recibido por varias personas, una parte de la audiencia reaccionó de forma crítica al considerar que la actitud de Karely frente a la cámara era seria y distante, lo que detonó una discusión sobre la autenticidad de este tipo de acciones cuando se realizan por figuras públicas.
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Los comentarios se multiplicaron rápidamente y algunos usuarios cuestionaron la expresión corporal de la influencer durante la entrega. Para este sector, la falta de sonrisas o entusiasmo visible opacaba el sentido solidario del evento. Estas opiniones contrastaron con otras que defendieron el acto y subrayaron que el impacto real se reflejó en los niños beneficiados, no en la percepción digital del momento.
Ante la ola de señalamientos, Karely Ruiz decidió fijar postura y explicar el contexto en el que se llevó a cabo la actividad. En un mensaje publicado en sus plataformas, la influencer aclaró que el cansancio físico y el estrés acumulado influyeron en su semblante, pero no en la intención de la entrega. Al respecto, expresó de manera textual:
“La neta estaba muy cansada, llevo días de mucho estrés, pero en ningún momento traté mal a nadie, al contrario, siempre amable con todo mundo. No les miento, sí me sentí mal porque algunas personas les hacían caras a mis juguetes, pero aun así mi misión era hacer felices a los niños, me quedo con eso. No es estrategia de marketing como dicen, porque yo puedo hacer cosas sin necesidad de gastar para subir de fama”.
Ruiz también recalcó que este tipo de apoyos los realiza de forma recurrente y sin buscar reconocimiento, y pidió que se valore el esfuerzo logístico y humano detrás de organizar una actividad comunitaria. En los materiales difundidos se aprecia la participación de su esposo y colaboradores, quienes apoyaron en la distribución y en la convivencia con las familias.
El episodio reavivó el debate sobre cómo se juzgan las acciones solidarias en redes sociales y la presión que enfrentan las figuras públicas para cumplir con expectativas de imagen. Mientras continúan las opiniones divididas, la influencer reiteró su intención de seguir realizando actos de apoyo social, priorizando el bienestar de los niños por encima de la interpretación que se haga en el entorno digital.







